Verde es Vida nº 87

32 verde es vida PLANTAS Mirtos recortados en forma de nube, redondeadas matas de lentisco que en invierno lucen tonalidades de acero cortén, labiérnagos de hoja estrecha y ancha, mirto del Cabo... La flora mediterránea ofrece arbustos para setos y topiaria plenos de interés y posibilidades, y además, per- fectamente adaptados al clima y los suelos españoles. Si buscas algo diferente al boj o el laurel de toda la vida, ten en cuenta estas plantas. Cinco plantas alternativas al boj Myrtus communis Rusticidad: hasta -10° Sequía: Alta resistencia Nativo del Mediterráneo, el mirto (de los griegos) o arrayán (de los árabes) se ha utilizado desde an- tiguo como planta de jardín y arbusto topiario. “El color verde oscuro de sus hojas, su forma ovado- lanceoladas y su pequeño tamaño, así como su densidad le confieren una textura sólida y continua inigualable”, destaca el paisajista Gonzalo Morillo, creador del jardín de las bodegas Marqués de Murrieta, en La Rioja, del que forma parte el seto de mirto de formas orgánicas de la foto. “Admite perfectamente el recorte dejándome imaginar cualquier tipo de forma dentro del jardín, aunque también es muy práctico en mezclas arbustivas de crecimiento libre”. El mirto puede alcanzar entre 60 centímetros y dos metros de altura. Su aroma y su floración blanca en verano son otros de sus atractivos. La subespecie tarentina es más densa, con hojas muy pequeñas, estrechas y tono verde oscuro, y la variedad la ‘Flore pleno’ produce flores dobles. “Es delicado en la implantación y con las heladas, pero de crecimiento rápido cuando las temperaturas son agradables y los suelos bien drenados”, afirma el paisajista. Acepta cualquier tipo de suelo que filtre bien, incluso calcáreo, más bien seco. No tolera el exceso de agua, en cambio soporta bien la sequedad ambiental. Myrsine africana Rusticidad: hasta -12° Sequía: Alta resistencia En el mundo jardinero anglosajón, la Myrsine africana recibe el nombre de mirto del Cabo o boj africano por su origen en las montañas del este y el sur de África, cuyo clima se considera de tipo mediterráneo. Este arbusto que puede crecer hasta dos metros de altura y unos 80 centímetros a lo ancho es una mata muy ramificada y de denso follaje perenne verde oscuro. Cuando nacen, sus pequeñas y relucientes hojas redondeadas lucen matices rojizos; se vuelven coriáceas al madurar y pueden adquirir tonalidades cobrizas con el frío. En junio produce pequeñas flores de color crema, provistas de anteras rojo frambuesa en los pies masculinos (es una especie dioica). Los ejemplares femeninos se llenan de bayas púrpuras en otoño. Admite cualquier suelo, incluso calizo, aunque los prefiere mediana- mente fértiles y bien drenados. Resiste el aire salino del mar, por lo tanto es apta para jardi- nes de costa. Es una planta que se utiliza cada vez más en setos bajos y pequeños arbustos topiarios, dado que resiste bien la poda. Crece lentamente y es muy longeva. FOTOS: GONZALO MORILLO LANDSCAPE ATELIER; FLORAMEDIA

RkJQdWJsaXNoZXIy MzMxMDk=