Verde es Vida nº 87

56 verde es vida HUERTO Una de las ventajas de cultivar un huerto propio es poder disfrutar de variedades difíciles de encontrar en los supermercados. Es el caso de la calabaza o, mejor dicho, las calabazas. Deliciosas, ricas en mucílagos y carotenoides de acción antioxidante, existen verdaderas delicatessen entre ellas. Su cultivo es además muy agradecido, fácil y de gran rendimiento: bastan unas pocas semillas para obtener muchos kilos. LA SENCILLEZ DEL CULTIVO DE las calabazas (Cucurbita sp.) se lo pone muy fácil incluso a los principiantes y da pie a que los más pequeños de la casa disfruten apren- diendo cómo se desarrolla una hortaliza desde la recolección de las semillas hasta la cosecha. Te contamos cómo se cultivan: • Época de siembra: Las calabazas no resis- ten las heladas, así que la siembra tiene que esperar a que hayan remitido, esto es a partir de mayo en la mayor parte de la Península. • Por semillas: Se pueden sembrar directa- mente en la tierra siempre que se les pueda asegurar agua los primeros meses. Se siem- ¡Cultiva las más ricas calabazas! bran al sol en golpes de 3-4 semillas. Cuan- do las plántulas alcancen 15 centímetros se deben aclarar dejando las dos más vigorosas. • Por planteles: Si se siembran las pepitas en bandejas de alveolos se pueden obtener plan- teles y, de paso, adelantar un poco la fecha de siembra. En el momento en que las plántulas tengan un par de hojas verdaderas habrá que trasplantarlas al huerto. No se debe tardar mucho: cuanto más grandes, más sufrirán con el trasplante. También puedes comprar los planteles en los centros de jardinería. • Sustrato: Aunque no son muy exigentes respecto al sustrato, crecen mejor en suelos bien drenados y fértiles. Aportar un poco de compost a la tierra antes de la siembra les asegurará un crecimiento óptimo. • Riego: Se deben regar con frecuencia, sobre todo cuando entran en producción, aunque sin mojar los tallos y las hojas para evitar que surjan hongos. Si se riegan por un lado es conveniente guiar las hojas hacia el opuesto para que crezcan sobre tierra seca. • Marco de plantación: Muchas variedades son de crecimiento muy vigoroso y acaban ocupando bastante superficie. Se han de plantar por lo tanto en un lugar espacioso. El marco de plantación debe ser amplio, por lo menos de un metro cuadrado. • Recolección: La fecha límite para la re- colección la determina la llegada de las pri- meras heladas. La mayor parte de las varie- dades dan aviso de su madurez cambiando de color: de verde a anaranjado o amarillo en muchos casos. El secado del pedúnculo también es una pista para saber cuándo co- secharlas. Si están siendo cultivadas en un suelo muy húmedo, las calabazas se pueden recostar sobre alguna superficie —una teja, un plato— para que no se mojen demasiado y se estropeen antes de la cosecha. • Almacenamiento: Una vez recogidas se deben almacenar en un lugar fresco y seco. Si se han cosechado en octubre resistirán bien 4-5 meses. No es aconsejable mantenerlas más allá de marzo porque acaban perdiendo bastante agua y empiezan a deteriorarse. • Semillas para la próxima siembra: Las semillas de calabaza, además de ser comesti- bles una vez secas y tostadas, se pueden uti- lizar para nuevas siembras. Se deben extraer de los frutos que tengan mejor aspecto, se- carlas encima de un periódico y guardarlas hasta la primavera. Un día antes de la siem- bra va bien ponerlas en un trapo mojado para que se rehidraten y germinen antes. ✿ ƒ Grandes calabazas madurando hacia el final del verano en el Huerto de un Epicúreo de los Jardines Frutales de Laquenexy, en Francia. FOTO: JARDINS FRUITIERS DE LAQUENEXY

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