Verde es Vida nº 88

44 verdeesvida A PESAR DE SU ASPECTO SUAVE, SU carácter disfrutón, sus ansias de mimos, el gato conserva el alma salvaje de los felinos. “Dios hizo el gato para ofrecer al hombre el placer de acariciar un tigre”, decía Víc- tor Hugo. Tigre al fin. Peluche solo un rato y mientras él quiera… Todo depende de su umbral de tolerancia a las caricias, distinto en cada gato. Por eso, aunque se le vea ren- dido al contacto, que él mismo ha buscado acercándose, frotándose contra las piernas, y ronronee tan feliz, de pronto puede ponerse tenso, intentar zafarse y comenzar a menear enérgicamente la cola. Es un aviso: “Ya no quiero más mimos”. Si no se le deja, se irrita- rá y reaccionará con impaciencia amagando MASCOTAS Los gatos y el umbral de las caricias Tu gato está tan a gusto disfrutando de tus mimos, ronroneando con los ojos entrecerrados, entregado... Pero de repente amaga unmordisco o lanza la zarpa. ¿Por qué? Esa reacción traidora, inexplicable para lamentalidad humana y que tantamala prensa le acarrea al carácter felino, está relacionada con su umbral de tolerancia a las caricias. Conocerlo es imprescindible para una buena relación. un mordisco o un zarpazo, o soltándolos di- rectamente. Algunos gatos son todavía más impacientes y ni siquiera avisan. Cada gato es un individuo con su propia cuota aceptable de caricias, y que además discrimina las zonas del cuerpo que pueden tocar las distintas personas. Si la cabeza, las mejillas y el cuello, debajo del mentón, están, por lo general, a disposición de las caricias de cualquiera, la barriga o pasarle los dedos a contrapelo son privilegio de sus humanos favoritos, aquellos en los que con- fían sin reservas. Tocarles las patas y la cola suele ser algo que no aceptan a nadie. Si se acostumbra al gato a ser cogido en brazos y acariciado desde pequeño (antes de las nueve semanas), lo más probable es que disfrute más de los mimos y su nivel de tolerancia sea mayor (lee el recuadro de la página derecha). Pero también hay gatos nerviosos, o que han sufrido experiencias traumáticas en el contacto humano. En todo caso, conocer y respetar estas preferencias es imprescindible para tener una buena re- lación con el animal. Puede ocurrir que un gato no acepte caricias, pero le encante dor- mir en brazos y ofrezca buena compañía. Cómo detectar las señales Antes de reaccionar, los gatos emiten seña- les, muchas veces sutiles, que es necesario atender. Sobre todo es importante enseñar a Age Fotostock Sí en la cabeza y el lomo. Sí en las mejillas. Sí debajo del mentón. En la barriga o a contrapelo, solo sus humanos de confianza. No en las patas ni en la cola. No en las manos.

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