Tus palmeras necesitan sustrato nuevo
• Cada dos a tres años, tu areca, chamaedorea, livistona, agradecerán que se les renueva la capa superior del sustrato. Retira los primeros cinco centímetros de tierra, con cuidado de no herir las raíces, y reemplázalo por uno nuevo.
• Si el tamaño de la palmera lo permite, cada dos o tres años cámbiales totalmente el sustrato; mayo y junio son los meses ideales para hacerlo (ver ¿Qué les pasa a tus palmeras?); la excepción es la kentia, que sufre mucho con los trasplantes. Las temperaturas de mayo y junio propician la emisión de numerosas raíces, lo que favorecerá el arraigo. Ata las palmas para que no se quiebren durante el proceso y protégelas. Si humedeces el cepellón te resultará más fácil extraerlas del tiesto; intenta que no se deshaga, de modo que no lo satures de agua.
Procúrales más humedad ambiental
La falta de humedad provoca resecamiento o puntas quemadas en las hojas de las plantas de interior, especialmente aglaonemas, begonias rex, calateas, drácenas, alocasias, palmeras en general, especies de origen tropical en su inmensa mayoría. Con la ayuda de un humidificador o de pulverizaciones frecuentes con agua descalcificada o destilada podrás proporcionarles bienestar; no mojes las flores ni las hojas si son pubescentes. Si las agrupas, contribuirás a que se genere un microclima más húmedo.