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¿Quieres esculturas? ¡Cultiva cactus!

La naturaleza sufrida de los cactus ha hecho de la necesidad virtud: por defenderse de la aridez se han convertido en esculturas vivas. Su infinidad de tamaños, formas, texturas, colores... da pie a innumerables posibilidades en la decoración verde. A cambio, (casi) lo único que piden es que apreciemos su rara belleza, porque pocas plantas demandan tan pocas atenciones. Si quieres tenerlos dentro de casa te recomendamos escogerlos en la sección de plantas de interior de los centros de jardinería.

Las siluetas, tonalidades y texturas de los cactus dan pie a una exhibición de formas vegetales muy decorativas. A la derecha, un Cereus. La selección de portatiestos es clave. Fotos: Thejoyofplants.co.uk

Las temperaturas y la humedad ambiental habituales dentro de una casa o una oficina son adecuadas para muchos de ellos. Tienen fama de cuidarse prácticamente solos y no dar apenas trabajo. Ni siquiera es necesario estar pendientes del riego: requieren muy poca agua porque pueden reservarla en sus tejidos, ventajas de proceder de regiones áridas y semiáridas. Entonces, ¿qué hacemos mal para que se nos mueran los cactus?

• Los regamos de más

Ese es su verdadero talón de Aquiles. Si se riegan demasiado y, además, el tiesto drena mal o el agua se acumula en la base del portamacetas (generalmente estanco para poder colocarlos sobre un mueble o un estante), lo más probable es que acaben muriendo. Si además hace frío, peor todavía, aunque también en verano es malo pasarse porque pueden aparecer hongos de pudrición. Los cactus solo se deben regar si el sustrato está seco: basta introducir la punta del dedo para comprobarlo. Si se utiliza un detector hay que regar solo si da un grado de humedad menor del 10%.

• ¿Cuánta agua darles?

Dentro de casa la necesidad de riego es menor que al aire libre. La cantidad dependerá del tamaño, del número de ejemplares que comparten tiesto, del espesor del sustrato, de si el recipiente tiene agujeros de drenaje, de la época del año... A modo de orientación: de octubre a marzo no se deberían regar, a lo sumo pulverizar con agua la superficie del sustrato (no los propios cactus); en abril, mayo y septiembre bastaría con regarlos un poquito dos veces al mes, y en verano una vez a la semana o cada diez días. Lo ideal es regarlos por la mañana y utilizar agua de lluvia o descalcificada. Se pueden regar por arriba y parar en el momento en que el agua empiece a salir por los agujeros de drenaje, o por inmersión, introduciendo el tiesto en un cubo con unos dedos de agua para que se absorba por capilaridad. Es importante dejar que escurra bien antes de volverlos a colocar en su portamacetas.

• Tienen poca luz

Si el ambiente no es muy luminoso los cactus se ahilan y debilitan. Si a esto se añade una atmósfera húmeda, mal ventilada y fría, peor todavía.

• ¿Cómo fortalecerlos?

Agradecen los aportes de abono (mejor si es específico para cactus) de marzo a octubre, y un trasplante cada cierto tiempo que permita renovarles totalmente el sustrato (mejor uno específico para cactáceas) y cambiarlos a un tiesto que deberá ser apenas mayor que el anterior.

Más información:

Cactus: a falta de agua, mucha belleza

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  • Las más diversas formas
    Las más diversas formas

    En forma de candelabro, columna, bola o cojín, con muchas o pocas espinas, más verdosos o azulados: la variedad de cactus es asombrosa.
    Foto: Thejoyofplants.co.uk

  • Colecciones de minicactus
    Colecciones de minicactus

    Colecciones de minicactus en recipientes de cristal poco profundos. Los ejemplares pequeños permiten conseguir lucidas combinaciones.
    Foto: Thejoyofplants.co.uk

  • Tres opuntias
    Tres opuntias

    Tres Opuntia consolea ante una gran cristalera. Los cactus necesitan un ambiente muy luminoso para mantenerse saludables y conservar la forma.
    Foto: Thejoyofplants.co.uk

Reportaje completo nº 96 >> página 34