Verde es Vida nº95
50 verdeesvida paseos, superficies de áridos, etcétera, que también ocupan un lugar importante en la composición y el mantenimiento del jardín. Centrados en el cuidado de las plantas a veces se nos olvida cómo conservar en buen estado estas zonas TÉCNICAS Tan importante para la estética de un jardín es el cuidado y mantenimiento de las plantas como el de las superficies de áridos o cortezas. Mantener a raya las hierbas que irrumpen espontáneamente en ellas es la principal tarea. Cómo construir y mantener los caminos y superficies inertes Cuando pensamos en un jardín lo pri- mero que se nos viene a la cabeza son las superficies y volúmenes verdes llenos de plantas, césped y árboles. En estas páginas nos ocuparemos de los elementos no ver- des, como caminos, secundarias. Una buena planificación en el diseño y un mantenimiento pau- tado son claves para que luzcan acorde al resto del jardín. Dentro de estas superficies sin plantas las hay compactadas y no compactadas. Texto_ Agustín Bravo , jardinero proyectista Cómo mantener limpias las superficies • Las superficies compactadas se mantienen limpias con facili- dad mediante una sopladora y una escoba de jardín. • Si existen árboles y arbustos de follaje caduco no conviene esparcir debajo corteza de pino o gravillas muy finas ya que al limpiarlas (bien sea con escoba o sopladora) nos llevaríamos lo que queremos limpiar y lo que no. Superficies compactadas... Se trata de caminos, zonas estanciales y de tránsito entre praderas y muros, etcétera. Por su poder de compactación y cierta capacidad de drenaje hoy se suelen realizar con jabre (molienda de granito). Otras opciones son la grava mezclada con cal, que proporciona un mayor grado de compactación y dificulta más la irrupción de hierbas, o el clásico albero. • Construcción: El punto de partida puede ser un laboreo con motoazada profundizando hasta 25-30 centímetros en toda la zona donde se desea crear una superficie de este tipo, para conseguir la misma consistencia y uniformidad en toda ella. Si el área no presen- ta problemas de drenaje se puede realizar en el suelo un cajeado menos profundo, de 10 a 15 centímetros. A continuación se aportará una generosa capa de jabre (10 centímetros como mínimo), que se ha de extender con un rastrillo, nivelar con una regla de madera y apisonar con un rulo. Seguidamente se riega toda la superficie y después de unas horas se vuelve a pasar el rulo, así hasta que la superficie esté bien apisonada. De esa forma se evitarán posteriores movimientos y zonas hundidas. Si en el futuro se produjera un socavón o hundimiento a causa de la lluvia o por el paso de un vehículo pesado, se solu- cionaría aportando un poco de jabre, rastri- llando y volviendo a pasar el rulo en la zona. Un apunte: en este tipo de suelos no se recomienda usar malla antihierbas ya que al compactarse la superficie podría ocasionar problemas de drenaje. Además, la malla incluso podría aflorar con el tiempo. • Mantenimiento: Se centra principalmente en el control de las hierbas espontáneas y la limpieza de restos vegetales y musgo. En los jardines particulares se pueden eliminar fácil- mente con la ayuda de un rozador o rascador, que cortan las hierbas a ras de suelo; se dejan secar al sol y se barren con una escoba de jardín. Se suele hacer en primavera (mayo especialmente) y otoño. El uso de una azada en estas superficies tan uniformes puede dejar surcos y agujeros nada estéticos. Para esta zona es- tancial del jardín, el paisajista Fernando Martos utilizó grava compactada con cal. Fotos: Fernando Martos Paisajista; iStock
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