La utilidad de las hojas secas

Texto_ Gilberto Segovia, ingeniero técnico agrícola

Utilizada como acolchado o mulch, la hojarasca sirve para regular la temperatura del suelo, mantener la humedad y reducir la aparición de hierbas espontáneas. Además, genera un hábitat que cobija y proporciona alimento a infinidad de seres beneficiosos, y compone una parte fundamental del ciclo de nutrientes del suelo-planta.

Para el compostaje

Basado en los procesos naturales que sufre la hojarasca en la propia naturaleza, el compostaje los concentra, optimiza y mejora, dando pie a un producto de excelentes propiedades fisicoquímicas. Las hojas que pierden las caducifolias en otoño aportan sobre todo carbono a la pila de compost (aunque depende del tipo de hojas), por lo que hará falta mezclarlas con hierba fresca u otra fuente de nitrógeno. Normalmente se usan enteras, sin más, aunque para facilitar su descomposición en el compostaje puede ser útil triturarlas con una aspiradora-trituradora, una trituradora de ramas o incluso con la segadora de césped (con cuidado de no chocar con una rama o tocón).

Las hojas más útiles

En general todas las hojas son útiles, pero las que aportan las mejores propiedades para un buen acolchado o mantillo son las de planifolios como los robles, arces, olmos, almeces, entre otros. También las de leguminosas como la Robinia pseudoacacia, Albizia julibrissin o acacia de Constantinopla, Cercis siliquastrum o árbol del amor, y Tipuana tipu, entre otras, que aportan un extra de nutrientes por su capacidad para fijar el nitrógeno atmosférico.

¿Qué hacer con las hojas menos aptas?

Otras hojas presentan algunos problemas para su utilización en el jardín:

• Hojas duras: el ejemplo más corriente son las del plátano de sombra (Platanus x hispanica), que son grandes y además tardan mucho en descomponerse. Como acolchado resultan demasiado visibles, por lo que se usan solo en pequeñas cantidades y mezcladas con otras hojas y/o trituradas. Sin embargo, su dureza es una virtud como abrigo de especies sensibles al frío.

• Hojas de coníferas: acidifican el suelo, aunque no hasta el punto de hacerlo inhabitable para otras plantas. No obstante, su contenido en resinas aconseja usarlas con moderación, o mezcladas, al compostar. También se pueden usar como acolchado. En Japón se usan las acículas de pino para proteger de la nieve las praderas de musgo (Polytrichum).

• Hojas pinchudas: plantas como el acebo arman sus hojas con fuertes espinas, lo cual hace incómodo su uso como acolchado. La solución es triturarlas o llevarlas a la compostadora.

• Hojas alelopáticas: son numerosas las especies que sintetizan en sus hojas sustancias tóxicas para otras plantas, en especial los eucaliptos y jaras, de modo que si se usan como acolchado darán problemas en el cultivo. Es preferible deshacerse de ellas o usarlas en zonas sin plantas.

• Refugio de plagas y enfermedades: la hojarasca es refugio de un sinfín de fauna y flora beneficiosas, pero en algunos casos concretos puede albergar agentes perjudiciales, como la cameraria del castaño o la abolladura del melocotonero. Si se detecta su presencia es preferible no utilizar las hojas como acolchado, aunque seguirán siendo útiles para compostar.

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