Plástico en el jardín: reducir, reutilizar, reciclar

Texto_ Gilberto Segovia, ingeniero técnico agrícola

El plástico se ha vuelto omnipresente en nuestra vida por su capacidad para adaptarse a los más diversos usos, su durabilidad y su bajo precio. El jardín no es una excepción. El principal problema surge cuando deja de cumplir su función, ya sea por tratarse de elementos de usar y tirar, o por su deterioro y lenta descomposición hasta convertirse en microscópicos fragmentos e incluso liberar sustancias químicas de diversa toxicidad que contaminan el suelo y el agua.

Las alternativas al plástico en la jardinería son los materiales que se han usado tradicionalmente: terracota, cerámica, madera, metal, piedra, fibras y tejidos naturales, etcétera. Aunque hoy se siguen usando, han cedido terreno a los materiales sintéticos a pesar incluso de que no son necesariamente más caros y que en general suelen ser más duraderos y envejecen mejor.

Reutilizar todo lo posible

Exprimir al máximo la vida útil de cada elemento de plástico usándolo y reutilizándolo todo lo posible es otra forma de contribuir a la sostenibilidad. Para evitar su prematuro deterioro se deben resguardar de las temperaturas extremas y los efectos de la radiación solar.

• Tiestos del vivero: Ligeros e impermeables, estos tiestos de plástico facilitan el riego por inmersión. Apenas añaden peso, con lo cual permiten saber al momento si el sustrato está seco o húmedo. Además son muy útiles para manejar sustratos y áridos a modo de una palita, pero con mucha más capacidad. También se suelen usar para suavizar la fuerza del chorro de agua y evitar el arrastre de tierra cuando se riega con manguera en el huerto o los alcorques de los árboles. Muchos centros de jardinería disponen de puntos de recogida de estos tiestos, donde se pueden depositar para ser reutilizados —se puede recurrir a ellos si se necesita alguna maceta— o reciclados.

• Tiestos de arbolado: Los contenedores de gran tamaño —de 50-100 litros y más grandes—, provistos de asas, resultan útiles para múltiples propósitos. Por ejemplo como cubos para acumular y transportar restos, como gavetas multiuso, e incluso a modo de prácticos taburetes colocados del revés. Además, sellando los agujeros con silicona se pueden enterrar en el suelo para improvisar pequeños estanques.

• Bolsas y sacos de sustrato: Se pueden reutilizar varias veces, o abrirlos y emplearlos como acolchado plástico en el huerto, con varios objetivos: evitar que aparezcan plantas no deseadas entre los cultivos, impedir la pérdida de humedad, y aumentar la temperatura de la tierra preservando las raíces del efecto del frío o acelerando el crecimiento de las plantas.

Dónde y cómo reciclar

Los elementos de plástico envejecidos, sobre todo los que empiezan a deteriorarse y resquebrajarse, se deben llevar cuanto antes a un punto de reciclaje para evitar la incorporación de microfragmentos al suelo.

• Los tiestos del vivero, sacos de sustrato y envases de abono vacíos se depositan en el contenedor amarillo de envases domésticos.

• Los tiestos de plástico decorativos cuentan con un punto de recogida específico en los puntos limpios municipales.

• Los envases de fitosanitarios, incluso bio o ecológicos, y herbicidas se deben llevar a un punto limpio de recogida de residuos especiales y peligrosos (averigua en tu municipio dónde se hallan). Deben estar totalmente vacíos; no se deben aclarar y mucho menos verter los restos del producto en el agua para evitar su dispersión en el medio ambiente.

• Los envases de productos de uso profesional se deben llevar a los puntos de recogida de envases industriales SIGFITO.

Lo que dan de sí las botellas de plástico

Los huertos se prestan especialmente para reutilizar los plásticos que desechamos en casa, como las botellas y bidones de agua. Con un poco de habilidad e imaginación pueden dar pie a muy diversos usos.

• Tiestos: En vertical u horizontal, basta cortar las botellas y hacerles unos agujeros de drenaje en la base. Incluso se pueden ingeniar contenedores de autorriego dividiéndolas en dos y destinando la parte inferior a reservorio de agua y la superior al sustrato con la planta.  

• Mini invernaderos: Permiten improvisar campanas protectoras para las plántulas; cortados a lo largo, los bidones pueden incluso cubrir un buen número. Si son de plástico opaco, como las de leche, servirán para blanquear endivias, achicoria, escarola...

• Rociadores y aspersores: Practicando unos cuantos agujeros en el tapón se consigue un rociador de lluvia fina, ideal para regar semilleros y plantas pequeñas. Clavadas en el suelo pueden servir como dispensadores de agua (en los centros de jardinería conseguirás dosificadores enroscables), y agujereadas y acopladas a una manguera, para disponer de un aspersor de emergencia.

• Comederos y bebederos para los pájaros: Otro clásico de las botellas reconvertidas. Los bebederos han de ser poco profundos y el agua se debe renovar a menudo para evitar que proliferen patógenos.

Pulverizadores, vasos y envases de yogur

• Los pulverizadores de productos de limpieza se pueden reutilizar para refrescar las plantas con agua, o aplicarles agua jabonosa, suero de leche, etcétera, para combatir algunas plagas. Antes de darles este nuevo uso se deben aclarar bien. Los que hayan contenido sustancias muy fuertes, como lejía o amoníaco, es mejor no reutilizarlos.

• Los vasos de plástico y envases de yogur pueden servir como semilleros con solo hacerles unos pequeños agujeros en la base.