Verde es Vida nº 83

18 verde es vida EN PRIMERA PERSONA ENTREVISTA CON SANTIAGO BERUETE “El ser humano siempre ha ajardinado sus sueños” Que un libro sobre la historia filosófica de los jardines haya alcanzado en España su quinta edición en menos de un año revela que ha encon- trado un terreno fértil, seguramente esa ‘verdolatría’ de la que habla su autor, el filósofo Santiago Beruete. ‘Jardinosofía’ explora desde un disfrute contagioso las ideas acerca de la felicidad y los valores que cada sociedad ha buscado realizar en el jardín a lo largo de los tiempos. Y enseña que estos fragmentos del paraíso son una escuela de vida.  Santiago Beruete (Pamplona, 1961) es licenciado en Antropología y doctor en Filosofía. Desde hace muchos años vive en Ibiza, donde enseña Filosofía y Sociología, además de dedicarse a escribir y cuidar su jardín. Después de un poemario, un libro de relatos y dos novelas, ha publicado el ensayo Jardinosofía, surgido de la feliz confluencia entre su pasión por la historia de las ideas y su propia experiencia jardi- nera. En menos de un año, el libro se ha agotado cuatro veces y sus derechos se han vendido a Francia e Italia. En la foto, en el jardín del hotel Alma de Barcelona. C uenta Santiago Beruete que al principio, cuando acuñó el término jardinosofía, su idea era reivindicar un tipo de obra filosófico-literaria. “El gozo intelectual y sensorial de los jardines, la experiencia de cultivar y el contacto benéfico con la Na- turaleza ya se celebraba desde los tiempos de Epicuro, Lucrecio, Virgilio”, señala. Pero conforme avanzaba en su escritura se iba dando cuenta de que “había una verdadera demanda social, un interés por otros aspec- tos muy vinculados a la jardinería: la nece- sidad de reconectar vital y espiritualmente de alguna manera con la tierra que pisamos, con el presente, volver a esa ética del diálo- go de la que hace bandera la filosofía”. Y des- cubrió que ese era el verdadero sentido de la jardinosofía. Sin embargo, el libro no sería el que es si no hubiera sido escrito también a la luz de las vivencias de alguien que ha cultivado su propio jardín. “La experiencia de convertir un humilde trozo de tierra en algo parecido a la arcadia, de ajardinar una parcela de terreno hasta entonces baldío, me enseñó algo que no se aprende en los libros”, se lee en el prólogo, oportunamente titulado Preparación del terreno. La interrelación entre la filosofía y la jardinería en su caso particular es el fruto de su experiencia personal con su propio jardín. ¿Cómo ocurrió? En la inspiración podría decir que las musas me vinieron a visitar a mi jardín: pasaba una época personal muy dura, muy difícil, y me refugié en un trozo de tierra que fui ajardinando en el curso de una serie de años. Buscando evadirme de las preocupaciones del día a día, el jardín me devolvía a mí mismo. Se convirtió en un aprendizaje y fui viendo cada vez más conexiones entre lo que era mi profesión ANA JIMÉNEZ

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