Verde es Vida nº 86

7 JARDINERÍA ƒ La espléndida bienvenida al otoño en el jardín de Hopetoun House, en Escocia. Azules de Scutellaria incana y Echinops ritro ‘Veitch’s Blue’, rosas pálidos de Monarda ‘Pawnee’ y Echinacea purpurea, magenta de las espigas de Astilbe ‘Purpurlanze’, y dorado de las del Miscanthus sinensis ‘Kleine Fontäne’. ƒƒ La explosiva floración de un áster, probablemente Aster x frikartii ‘Mönch’, en los jardines de Pettifers, en Inglaterra. ƒ En el otoño florecen las anémonas japone- sas: en la foto, el cul- tivar ‘Rosenschale’, de flores rosadas, junto a matas de Miscanthus y Calamagrostis. En primer plano, un flori- do Aster amellus. ▷ Flores para la quinta estación Entre las últimas semanas de septiembre y las primeras de noviembre, el jardín vive bajo la luz dorada del otoño la exuberancia floral de una suerte de segunda primavera. Las flores y el follaje de las vivaces y sub- arbustos mezclan sus colores arropadas por las luminosas gramíneas secas, componiendo imágenes de gran belleza. Es lo que se ha dado en llamar quinta estación, nuestro cada vez más prolongado veroño. E l largo arco temporal que se inicia a finales del verano y acaba con la cada vez más tar- día llegada del frío y el viento hacia mediados de noviembre da lugar a una temporada de extraordinario cromatismo en el jardín y la terraza. Una quinta estación, nuestro veroño, cada vez más cálido y pro- longado por efecto del cambio climático. La influencia de la Nueva Ola de Vivaces, que persigue un jardín naturalista atractivo e interesante todo el año, ha convertido esta quinta estación en una de las temporadas más espectaculares con su mezcla de vivaces entre luminosas masas de gramíneas secas. Ya no solo son las dalias, crisantemos y ro- sales remontantes en un marco de fogosos colores de hojas a punto de caer y coloridas bayas y escaramujos. Se trata de celebrar el esplendor natural incluso en su declive en forma de flores cuyos colores se esfuman al morir y esculturales cabezas de semillas que permanecerán en pie todo el invierno. Se atribuye al escritor inglés, columnista e historiador de los jardines Tim Richardson el haber hablado por primera vez de esta quinta estación como una fase distinta den- tro del calendario jardinero. “Tiene que ver en parte con el mayor énfasis en las gramí- neas y vivaces de floración tardía que hemos estado viendo en el par de décadas pasadas”, escribía en septiembre de 2017 en su colum- na del periódico The Telegraph. “Muchos jardines importantes de Gran Bretaña tienen ahora momentos descollantes no solo en mayo-junio, como es tradicional, sino tam- bién en septiembre-octubre”. Esta apuesta por la quinta estación no solo se deja sentir en los jardines británi- cos —Scampston Hall, en Yorkshire, de la mano del paisajista holandés Piet Oudolf, y Trentham Gardens, en Staffordshire, donde su bordura complementa la plantación de The Italian Garden del paisajista inglés Tom Stuart-Smith—, sino también en los holan- deses Vlinderhof y Voorlinden, entre tantos otros, el célebre Jardin Plume, en Francia, o hitos en Estados Unidos, como el High Line Park de Nueva York y el Lurie Garden de Chi- cago, ambos del maestro holandés... El docu- mental que enseña su mundo e ideario jar- dineros se llama precisamente Five Seasons. En España, el cada vez más prolongado otoño da pie a tantos jóvenes paisajistas que FOTOS: CLIVE NICHOLS; GAP PHOTOS/ ELKE BORKOWSKI; CLAIRE TAKACS

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