A cada planta, su ración de agua
No por ser la mayoría de las especies de interior de origen tropical, hay que regarlas mucho. Cada una exige su propia ración de agua. Por ello, así como los helechos, el Ficus pumila y los espatifilios, calateas, crotones y Fittonias necesitan un sustrato húmedo (si bien no todas en el mismo grado), la mayoría prefiere que entre riego y riego se deje secar el sustrato, entre ellas el Ficus benjamina y el gomero, las sansevierias, drácenas, aglaonemas, esparragueras y alocasias, la Dieffenbachia y palmeras como la Chamaedorea. El exceso de agua provoca la aparición de enfermedades fúngicas, que se manifiestan como manchas en las hojas o podredumbre.
• No dejes de darles humedad ambiental por medio de pulverizaciones: todas las plantas de interior la necesitan y la agradecen siempre.
Renuévales el sustrato
Las plantas de interior agradecerán una renovación al menos parcial del sustrato agotado para afrontar mejor estos meses de desarrollo. Retira la capa superior de tierra (el grosor dependerá del tamaño del tiesto) con cuidado de no herir las raíces, y reemplázala por un sustrato para plantas de interior. Riega a continuación.
Si han crecido demasiado...
Si el gomero o la drácena se han hecho demasiado altos, dales un buen corte a media altura. La planta originaria emitirá nuevos brotes. Pon en agua el extremo cortado, o úntalo con hormonas de arraigo y entiérralo en una mezcla húmeda de arena y humus, hasta que eche raíces.