Descripción
La singularidad de esta vivaz radica en sus flores: rosadas cabezas de tortuga —Chelone, quelonio— que asoman reunidas en esbeltas espigas florales cortas y gruesas que alcanzan entre 60 y 90 cm de altura. Forman densos macizos con especial querencia por los suelos húmedos, incluso mojados. Sus hábitats originarios son las zonas pantanosas, riberas de arroyos y llanuras y bosques aluviales del Medio Oeste y el Este de Estados Unidos, desde Minnesota a Florida. Se la considera una planta dura (ver el texto en verde), capaz de soportar el frío extremo y el calor, y prosperar en cualquier suelo de jardín, tanto en condiciones de sol como de sombra; incluso puede tolerar un sustrato seco durante periodos breves. Crece con bastante lentitud y es fácil de cultivar en el jardín.
Estructura, follaje y flores
Un abundante follaje guarnece los rígidos tallos erguidos de esta planta que se extiende mediante rizomas. Las hojas, grandes y acabadas en punta, muestran marcadas nervaduras y márgenes dentados; son de un bonito color verde oscuro en el haz y más claro en el envés, y aparecen en pares opuestos a lo largo de los tallos. Las flores están formadas por dos labios de unos 2,5 cm de largo de un intenso o suave tono magenta, o blanco en la variedad alba; al abrirse dejan ver una pequeña barba amarilla. Surgen en apretados racimos terminales en forma de espiga desde el verano al otoño. Son nectaríferas y producen cápsulas con minúsculas semillas que se resiembran en los suelos húmedos.
Cultivo y cuidados
Prefiere el sol moteado o una sombra ligera en las zonas de fuerte insolación, aunque también admite el pleno sol y la sombra. Ante la escasez de luz se suele ahilar y requerir soporte, pero el pinzado del extremo de los tallos en primavera ayuda a atajar este problema. Su sustrato ideal son los suelos orgánicos ricos en humus, húmedos o mojados, incluso arcillosos, y agradece el acolchado de hojas compostadas sobre todo si crece a pleno sol. Precisa riego regular moderado o abundante en función de la humedad del sustrato. No suele dar problemas de plagas u hongos importantes, aunque la sequedad del suelo y/o una escasa circulación de aire pueden propiciar la aparición del oídio. Se debe proteger de los caracoles y babosas. Se propaga por división de mata, esquejes o semillas.
Usos
Es ideal para jardines arbolados y de sombra, riberas de cursos de agua y estanques, zonas inundadas y borduras y arriates donde el suelo permanezca húmedo. También se puede cultivar en maceta y contenedores.
Foto: Hanako