Descripción
Entre las especies de origen australiano que viven a gusto en el clima mediterráneo español está la Scaevola aemula o Scaevola humilis, una planta especialmente adecuada para macetas, jardineras y tiestos colgantes por sus tallos caedizos que se llenan de flores en forma de abanico violetas, rosadas o blancas. Es una planta muy resistente al calor y la falta de agua, precisa escasos cuidados y no suele sufrir problemas serios de plagas o enfermedades. Excepto en las regiones libres de heladas (zonas 10- 11), se desecha tras la floración ya que es poco resistente al frío (tolera hasta -3º). Crece rápidamente.
Matas y follaje
Las matas de la Scaevola aemula levantan entre 20 y 45 centímetros de altura y se extienden entre 30 y 60 centímetros. Están formadas por numerosas ramillas que suben y/o bajan, lo que les proporciona un aspecto informal, incluso despatarrado. Las hojas son pequeñas, de color verde vivo, perennes y levemente carnosas, dentadas y acabadas en punta. Existen numerosos cultivares, muchos de ellos compactos y muy floríficos (fíjate en el recuadro).
Flores
Cinco pétalos dispuestos en abanico conforman las singulares flores de esta planta. Son pequeñas —miden unos 2-3 centímetros— y abundantes, y surgen en las axilas de las hojas formando largas espigas florales. En algunas variedades la garganta es amarilla o verde. La floración empieza a mediados de la primavera y concluye en otoño.
Cultivo y cuidados
La flor abanico puede situarse a pleno sol o en sombra parcial. El sustrato ha de ser ligero, bien drenado, medianamente rico y neutro. Necesita riego moderado, siempre dejando que el sustrato se seque entremedias; no soporta el exceso de agua en el suelo ni su acumulación en la base del tiesto. Tolera el aire marino. La floración se prolongará si recibe nutrientes: compost en primavera al plantarla en el jardín y un abonado regular (con escaso contenido de fósforo) si vive en tiesto. Es autolimpiante, por lo tanto no es necesario pinzar las flores marchitas.
Usos
En macetas, jardineras y cestas colgantes, o en rocallas y como cubresuelos, dejando una distancia de unos 30 centímetros entre ejemplares. Se puede utilizar en solitario o combinada con herbáceas anuales y vivaces.
Foto: Flower Council of Holland