Descripción
Este bello arbolito o arbusto de origen mediterráneo tiene la peculiaridad de florecer a la vez que maduran sus vistosos frutos, y todo ello sobre el fondo verde oscuro de su follaje perenne. Lo hace, además, en otoño e invierno, convirtiéndose en un foco de atracción en el jardín o el patio en una época del año con poca presencia de flores y mucha rama desnuda. Vive bien prácticamente en toda la Península y Baleares, siempre que no esté expuesto a temperaturas que bajen de -17º (zonas 7-10), y soporta bien la sequía y el calor. Crece lentamente y suele desarrollar entre 1,5 y cinco metros de altura.
Porte, estructura y follaje
El esbelto madroño ramifica profusamente desde la base, lo que da lugar a frondosos ejemplares de tipo arbustivo. Las ramas son rojizas cuando jóvenes y las más viejas se revisten de una corteza grisácea escamosa. Sus lustrosas hojas coriáceas, alargadas y acabadas en punta, se parecen a las del laurel, aunque con los márgenes aserrados.
Flores y frutos
A partir del otoño y durante todo el invierno emite pequeñas flores blancas o rosadas en forma de urna, reunidas en panículas colgantes con pedúnculos rojos. Son nectaríferas. Los carnosos frutos, también llamados madroños, son bayas esféricas de 1,5-2,5 centímetros de diámetro y superficie granulada. A lo largo de un año van pasando por todas las tonalidades del amarillo y el naranja antes de alcanzar un radiante tono escarlata al madurar. Su dulce pulpa amarilla es comestible y contiene diminutas semillas.
Cultivo y cuidados
Le gusta el sol pero vive bien en sombra parcial. Aunque es una ericácea y, por lo tanto, prefiere los suelos ácidos, también se adapta a los calizos; pueden ser pobres o ricos en nutrientes, la condición esencial es que sean profundos, frescos y bien drenados. El exceso de abono puede convertirlo en presa fácil de los pulgones, en cuya secreción surge el hongo negrilla que ennegrece las hojas y dificulta la fotosíntesis. No sobrevive a los trasplantes, dadas sus profundas raíces pivotantes, pero retoña con facilidad incluso tras el fuego. Necesita riego moderado pero regular. Se puede podar ligeramente, si fuera preciso, para mantener la forma.
Usos
Se puede utilizar como ejemplar aislado o en grupos. Vive bien en maceta, siempre que sea grande y profunda.
Foto: Lotus Johnson