Descripción
Un intenso tono amarillo caracteriza las flores de este arbusto ornamental de hojas caducas o semicaducas. Se trata de una especie bastante rústica, especialmente la variedad ‘Sungold’, que tolera la sequía una vez establecida, y vive bien en todas las regiones de la Península, incluso las costeras. Los ejemplares suelen alcanzar entre 60 centímetros (cultivares ‘Sungold’ y ‘Sunshine’) y dos metros de altura (‘Hidcot’).
Hojas y tallos
Las hojas son opuestas, lanceoladas u ovales. Su color verde oscuro ofrece un atractivo contraste a las flores. Las ramas son finas y abundantes, por lo que esta especie de hipérico ofrece un aspecto de mata espesa y redondeada que puede actuar como seto.
Flores
A lo largo de julio, agosto y septiembre, el hipérico produce flores de un vibrante color amarillo, de unos cinco a seis centímetros de diámetro. Están formadas por cinco pétalos separados; en el centro de la corona de estambres destaca un largo pistilo. Producen cápsulas dehiscentes.
Cultivo y cuidados
Si se planta al sol, la floración será más copiosa, aunque esta especie también vive bien en sombra parcial. Prefiere los suelos no muy ricos, secos, bien drenados y preferentemente alcalinos, pero también tolera los arcillosos. Lo más adecuado es plantarla en primavera u otoño. A finales del invierno conviene recortar las ramas más débiles. Soporta la poda. En las zonas más cálidas será necesario vigilar el riego en verano, procurando que el suelo esté un poco húmedo, aunque no debe encharcarse; en el norte atlántico puede vivir sin riego. Resiste hasta -12 grados (USDA 6-8).
De interés
Existe un hipérico rastrero (H. calycinum) que se usa como tapizante incluso bajo los árboles; no requiere mantenimiento, pero resulta sumamente expansivo. Otras especies (H. androsaemum y H. elatum) producen decorativos frutos rojos.
Foto: Mille d’Orazio