Descripción
Una preciosa floración perfumada de color lila claro y sus grandes hojas convierten a esta especie en uno de los árboles de mediano tamaño más deseados para un jardín. De origen chino, la Paulownia tomentosa alcanza los 10-15 metros de altura y un diámetro de copa de cinco a siete metros. Prefiere los climas templados, pero puede resistir los fríos intensos (-29º, zonas 5-8). Tolera la contaminación ambiental y la sequía, y puede vivir en un amplio rango de suelos. Crece rápidamente y no acusa problemas reseñables de plagas o enfermedades.
Copa, tronco y hojas
Su copa globosa, ligeramente irregular, proyecta una sombra medianamente densa. El tronco y las ramas están revestidos de una corteza gris oscuro. Puede ser multitronco. Las hojas de las paulownias son caducas, aunque en los climas benignos pueden conservarlas. Son grandes, enteras, de color verde medio y envés pubescente. La forma es ovalada y acabada en punta, y están provistas de un largo pecíolo. Son parecidas a las de las catalpas.
Flores y frutos
Entre abril y mayo, antes de que broten las hojas, emite una profusa floración nectarífera de color lila o malva en forma de racimos erectos de unos 35 centímetros. Las flores huelen a vainilla y tienen forma de trompeta, que se abre en cinco lóbulos recurvados, sostenidas por un cáliz afelpado de color ocre. Los botones florales se forman en la madera vieja (en el verano del año anterior), de modo que el frío puede afectarlos. Los frutos son cápsulas ovoides verdes de cinco centímetros, que se vuelven marrones al secarse; contienen semillas aladas.
Cultivo y cuidados
Debe situarse a pleno sol, preferentemente al abrigo de los vientos fuertes. Prefiere los suelos ligeros y bien drenados, medianamente fértiles e incluso pobres; no tolera los calcáreos ni los muy pesados. El riego ha de ser entre escaso y moderado, dejando que el sustrato se seque entremedias; el exceso de agua puede provocar la muerte de las raíces. Apenas exige cuidados. Se la puede dejar crecer a su aire, si acaso podarla tras la floración si fuera preciso para mantener la densidad y la forma. Si se desea conseguir hojas más grandes y abundantes y una sombra más densa, debe podarse drásticamente en invierno, aunque a costa de perder la floración. También se puede cultivar en contenedor, pero solo como planta verde.
Foto: Tim Waters