Descripción Este esbelto árbol australiano de follaje finamente recortado y raras flores doradas ya se usaba en el Mediterráneo y las Canarias antes de que llegaran las grevilleas arbustivas a los jardines. La Grevillea robusta es el único árbol del género y se caracteriza por su vigor y resistencia (roble australiano y roble sedoso son otros de sus nombres comunes, aunque no tiene ningún parentesco con los Quercus) y una copa de gran ligereza. En los climas más cálidos florece desde la primavera al verano. Desarrolla una silueta piramidal y puede alcanzar 20-30 metros de altura y un diámetro de copa de 6-12 metros. Se adapta perfectamente al clima mediterráneo, incluida la sequía, y a un amplio rango de suelos siempre que sean ligeros y drenen bien. Crece rápidamente.
Estructura y follaje
El tronco es recto, oscuro y grueso, con estrías verticales. Las ramas, ligeras y muy extendidas, tienden a colgar en la parte baja del árbol. Las hojas recuerdan las frondas de los helechos: son pinnadas y con foliolos lobulados profundamente hendidos; el haz es verde oscuro y plateado el envés gracias a una densa pelusa blanquecina. Los brotes nuevos son plateados y sedosos. Es perennifolio, pero si sufre frío o sequía puede perder follaje y regenerarlo al mejorar el clima.
Flores
La Grevillea robusta se convierte en un árbol de fuego entre la primavera y el verano, cuando emite sus ensortijadas flores de color amarillo anaranjado (en la foto). Carecen de pétalos y se agrupan en racimos horizontales de unos 8-15 cm de largo en forma de cepillo. Proporcionan abundante néctar a abejas, mariposas y pájaros, y producen abundantes frutos secos que contienen una o dos semillas aladas.
Cultivo y cuidados
Requiere pleno sol, acepta muchos tipos de suelos, a excepción de los muy pesados, y agradece el riego regular moderado, aunque puede vivir con poca agua una vez establecido; en cambio sufre con el sobrerriego. Los ejemplares recién plantados y jóvenes deben ser protegidos del frío. El mantenimiento consiste en barrer las hojas, flores y frutos caídos. Suele perder savia y puede provocar irritación de la piel por contacto. Es resistente a plagas y enfernedades.
Usos
Como ejemplar aislado en jardines grandes y parques, alejado de los edificios.
Foto: Adrián Martín