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Cómo proteger los cultivos del huerto del sol y el calor

Los veranos cada vez más calurosos obligan a poner en práctica diferentes estrategias para ajustarnos a las exigencias específicas del clima y proteger y cuidar los cultivos de hortalizas y frutales de las temperaturas extremas y el sol fuerte. De ese modo podremos disfrutar de un huerto productivo y saludable durante la época más cálida del año.

Una capa de cañizo fino basta para defender las hortalizas de sol. Las ollas de barro filtran el agua de forma paulatina. Se entierran en el huerto, se llenan de agua y se tapan. Fotos: Hanako y Adobe Stock

Texto_ Toni Jardón, creador del canal de YouTube La Huertina de Toni

En verano, el intenso sol puede resultar perjudicial para muchos cultivos. Para protegerlos es recomendable utilizar algunos recursos que ayuden a filtrar la luz solar directa y a proporcionar sombra a las plantas más sensibles. Las mallas de sombreo, por ejemplo, son útiles para verduras que requieren protección contra el sol intenso, como lechugas, espinacas y acelgas. Se pueden instalar sobre estructuras de soporte o directamente sobre las plantas en algunos cultivos. Los velos son otra opción, que además pueden proteger las plantas del viento. Se pueden colocar sobre arcos o estructuras de soporte y crean un microclima más favorable para el desarrollo de los cultivos.

Cada cultivo es diferente, por lo tanto será necesario adaptar las medidas de protección a cada uno y a las condiciones climáticas específicas.
El cañizo fino, por su parte, es ideal para crear sombra parcial en el huerto. Permite que las plantas reciban la luz solar de manera más difusa y se puede colocar en forma de techo o paredes, según sea necesario. En todo caso, cada cultivo es diferente, por lo tanto será necesario adaptar las medidas de protección a cada uno y a las condiciones climáticas específicas.


Regar y asegurar la humedad adecuada

El riego es fundamental en verano para asegurar la humedad adecuada en el suelo y prevenir el estrés hídrico en las plantas. Es recomendable regar temprano por la mañana o al atardecer, evitando las horas de mayor calor para reducir la evaporación. El riego por goteo es una de las mejores opciones para distribuir el agua de manera uniforme y eficiente. Pero, además, se puede recurrir a las ollas de barro, que se entierran cerca de las plantas y liberan agua gradualmente, o a los cojines de riego, que se colocan alrededor para una irrigación constante y paulatina.

Otra estrategia interesante son los alcorques y zanjas, técnicas de riego que consisten en crear depresiones alrededor de las plantas para retener el agua y dirigirla hacia las raíces. Estas estructuras son especialmente útiles en suelos con poca retención de agua.

Para conservar la humedad del sustrato y reducir la evaporación es eficaz utilizar acolchados. Pueden ser de paja, hojas secas, madera triturada o hasta cartones. Lo importante es cubrir la tierra alrededor de las plantas. Yo recomiendo utilizar materiales que además de retener el agua y proteger de la propagación de hierbas competidoras, proporcionen materia orgánica y nutrientes.


Errores frecuentes que se cometen en verano con las hortalizas y frutales

En verano es común cometer algunos errores que pueden afectar negativamente a los cultivos:

• Regar en exceso: Excederse con el riego puede provocar encharcamientos y pudriciones en las raíces de las plantas, además de un desperdicio de agua. Es importante ajustar la frecuencia y la cantidad de riego a cada tipo de cultivo y hacer un uso eficiente del agua.

• No proteger las plantas del sol: La falta de protección contra el sol fuerte puede causar quemaduras en las hojas y reducir la producción de frutos.

• No fertilizar adecuadamente: En verano, muchas plantas tienen un mayor requerimiento de nutrientes debido a su rápido crecimiento. Es importante fertilizar con regularidad y utilizar abonos orgánicos para mantener la fertilidad del suelo. En el caso de los frutales se puede hacer un abonado profundo con un ahoyador.

• No controlar las plagas y enfermedades: El calor y la humedad favorecen en verano la proliferación de plagas y enfermedades. Es importante estar atentos para tomar medidas preventivas para proteger los cultivos.


Evita que el invernadero se convierta en un horno

En verano, los invernaderos pueden convertirse en un horno debido al calor acumulado en su interior. Para evitar que las temperaturas se eleven demasiado es importante tomar algunas medidas:

• Ventilación: Mantener las puertas y ventanas abiertas durante el día para permitir la circulación del aire y evitar el sobrecalentamiento.

• Sombra: Utilizar mallas de sombreo u otros materiales para reducir la incidencia del sol directo en el interior del invernadero.

• Riego: Es fundamental asegurar un riego adecuado para mantener la humedad en el ambiente y evitar que las plantas se deshidraten.

• Aislamiento: Colocar materiales aislantes en las paredes y techos para reducir la transferencia de calor desde el exterior y mantener dentro una temperatura más estable.

Más información en verdeesvida.es:

Riego automático: el agua en su justa medida

  • Riego por goteo
    Riego por goteo

    El riego por goteo lleva agua a las plantas de forma localizada y eficiente.
    Foto: Adobe Stock

  • Mallas de sombreo
    Mallas de sombreo

    Las mallas de sombreo se pueden colocar en horizontal o vertical.
    Foto: Hanako

  • Cojines de riego
    Cojines de riego

    Los cojines de riego liberan el agua lentamente. Se recargan mediante el riego o la lluvia. Los hay de varios tamaños y formatos.
    Foto: Tree’Bed, Digebis

  • Ventilar el invernadero
    Ventilar el invernadero

    En este invernadero, la apertura de la puerta y la ventana del techo asegura una buena ventilación.
    Foto: Adobe Stock

Reportaje completo nº 102 >> página 56