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Las múltiples funciones de las plantas de flor en el huerto

Intercaladas entre las verduras de hoja y hortalizas, las caléndulas, tagetes, capuchinas, lavandas y tantas otras plantas de flor no solo aportan brillantes notas de color a los huertos, convirtiéndolos en espacios ajardinados tan productivos como bonitos. Su principal cometido es atraer a la fauna útil y/0 mantener a raya a las plagas. Además, muchas de ellas son comestibles.

El aroma que emiten las flores y tallos de los tagetes repele a los insectos perjudiciales que suelen afectar a las verduras de hoja, como las lechugas, y las tomateras. Foto: Adobe Stock

Sus flores aseguran la visita de los polinizadores, imprescindibles para la productividad del huerto. Pero, a la vez, muchas de estas plantas ejercen también un efecto repelente antiplagas mediante un despliegue fitoquímico disuasorio o incluso biocida, entre otras estrategias útiles, que emana de sus corolas, tallos o raíces. Así pues, además de embellecer las camas de cultivo y bancales donde crecen las lechugas y maduran los tomates, transformándolos en bellos potagers, constituyen un recurso natural, ecológico, para el control de la fauna que daña los cultivos.

Cuantas más plantas de flor y más diversas, mejor, y siempre procurando una sucesión floral sostenida a lo largo de todo el año.
La utilidad de muchas de estas plantas va aún más allá: de ellas se obtienen pétalos comestibles, notas amarillas, anaranjadas, rojas, azules... para poner un toque estacional de alegría y sabor a las ensaladas y cremas frías.

Los cottage gardens ingleses, cuyo origen está ligado precisamente a los huertos, enseñan que cuantas más plantas de flor y más diversas, mejor, y siempre procurando una sucesión floral sostenida a lo largo de todo el año. Así, por mencionar solo unas pocas de flores comestibles, las violetas y pensamientos del invierno darán paso a las caléndulas y tagetes que seguirán floreciendo hasta el otoño, y la primavera traerá alceas, borrajas, bergamotas y lavandas que se mantendrán en flor hasta el verano, la estación de las dalias y girasoles que seguirán activos hasta el otoño.

Las más fáciles de intercalar entre las hortalizas y verduras de hoja son, en su mayoría, herbáceas anuales y vivaces, plantas de cultivo sencillo y fáciles de reponer. El único requisito es que sean compatibles en requerimientos —riego, sobre todo— con sus vecinas hortícolas. Para algunas de ellas, como las volubles capuchinas, habituales en los huertos por sus múltiples beneficios, se suelen disponer obeliscos y enrejados donde puedan trepar.


Cuatro plantas pluscuamperfectas

Florecen largamente, sus flores son comestibles, atraen a los polinizadores y desempeñan un importante papel en el control de las plagas.

Tagete

El más eficaz como antiplagas es el Tagetes patula (y sus numerosos cultivares). El aroma que emiten sus flores y tallos mantiene alejados a los insectos perjudiciales que suelen afectar a las verduras de hoja, como las lechugas, y las tomateras. Su sistema radicular secreta un biocida muy eficaz contra los nemátodos que se alimentan de las raíces de los cultivos. También se puede emplear como abono verde.

Caléndula

La Calendula officinalis, tan apreciada por sus propiedades medicinales y cosméticas, actúa en el huerto repeliendo pulgones y mosca blanca, así como nemátodos a nivel de las raíces. Además, el olor de sus flores atrae tanto a las abejas como a los sírfidos, dípteros polinizadores y a la vez devoradores de pulgones, mosca blanca, cochinillas y trips. Una larva de sírfido puede consumir unos 700 pulgones en 10 días.

Capuchina

Planta hospedadora de la mariposa de la col, la capuchina (Tropaeolum majus) se inmola sirviendo de alimento a sus orugas y preservando así a las coles, coliflores, brócolis, rabanitos y demás hortalizas de la familia de las Brasicáceas. También defiende de las plagas a las remolachas, calabacines, pepinos, tomates y patatas. Sus flores y hojas aportan a las ensaladas un sabor acidulado con un toque de pimienta.

Borraja

Sus tallos, hojas y flores se consumen en distintas elaboraciones culinarias y se la considera una planta medicinal, pero el Borago officinalis también atrae a insectos depredadores de plagas, como los sírfidos, mariquitas y cantáridos, que se alimentan de pulgones, y repele la polilla del tomate (Tuta absoluta). Se cree que ayuda a muchas plantas a crecer mejor, especialmente fresales, tomateras y pepinos.

Más información:

Flores comestibles: del jardín al plato

Las claves de un bello huerto, Verde es Vida n.85 (hemeroteca online)

El huerto y el jardín son todo uno, Verde es Vida n.78 (hemeroteca online)

  • Caléndula
    Caléndula

    La presencia de la Calendula officinalis es altamente beneficiosa en el huerto: repele los pulgones y la mosca blanca, así como los nemátodos perjudiciales del suelo, pero además, atrae tanto a las abejas como a los sírfidos, dípteros polinizadores y a la vez devoradores de pulgones, mosca blanca, cochinillas y trips.
    Foto: Dark Dwarf

  • Capuchina
    Capuchina

    La mariposa de la col, de la que es hospedadora, prefiere comer sus hojas, preservando así a las coles, coliflores, brócolis, rabanitos y demás hortalizas de la familia de las Brasicáceas. También defiende de las plagas a las remolachas, calabacines, pepinos, tomates y patatas. Sus flores y hojas son comestibles.
    Foto: Jardins Fruitiers de Laquenexy (Huerto de las flores comestibles)

  • Borraja
    Borraja

    La borraja no solo se come, también atrae a insectos depredadores de plagas, como los sírfidos, mariquitas y cantáridos, que se alimentan de pulgones, y repele la polilla del tomate (Tuta absoluta).
    Foto: Mille d'Orazio

Reportaje completo nº 101 >> página 56