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Entrevista con el paisajista Tom Stuart-Smith

“En mis jardines contrastan lo formal y el azar”, dice Tom Stuart-Smith, heredero de la larga tradición británica en el arte de hacer jardines y todo un maestro en discretas intervenciones pero con la decidida presencia de su mano. Consciente de la impronta que su quehacer implica, hace tiempo que se ha encomendado al genius loci de cada trozo de tierra, que le ha escuchado y devuelto sabios consejos.

Pinceladas impresionistas de herbáceas perennes en flor y gramíneas, punteadas con ejemplares columnares de tejo irlandés (Taxus baccata ‘Fastigiata’) en Trentham Gardens. Abajo, su autor, Tom Stuart-Smith. Copyright: Carolyn Willitts

Tom Stuart-Smith es un paisajista que comenzó su carrera marcado por el éxito: en 1998 diseñó junto con el modisto Karl Lagerfeld el jardín-homenaje a Coco Chanel —lleno de camelias blancas, cómo no— y ganó su primera medalla en el Chelsea Flower Show. Desde entonces ha cosechado muchos más premios en la cita anual de Londres, y aunque ahora se declara cansado de la presión que genera el evento, sigue diseñando jardines, la mayor parte de ellos en el Reino Unido, ya que también se confiesa reticente a abandonar demasiado tiempo su familia y su jardín.

“Ideé el jardín de Wisley como si fuera una fuga de Bach, sobreponiendo siempre melodías, con mucho detalle pero con una fuerte estructura generalâ€.
Cuando interviene en un paisaje es consciente de que está añadiendo una capa más a las múltiples que el lugar trae con su particular historia. Por eso, ideas como yuxtaposición y contraste, sutileza y rotundidad, simplicidad y complejidad se van sucediendo en sus intervenciones y en su particular diálogo con el genius loci.

Define sus trabajos como “jardines que huyen del insípido minimalismo”. Nos gustaría que ahondara en los conceptos que subyacen en sus obras.

Intento hacer jardines que mezclen simplicidad y complejidad, que establezcan contrastes entre lo formal y el azar, entre lo contextual y lo ajeno.

Las plantaciones inspiradas por especies silvestres o semisilvestres, como las que se pueden encontrar en prados y praderas, también es una seña de identidad de sus jardines. ¿Qué otras características presentan sus proyectos? ¿Cuáles son los elementos esenciales que le sirven para construir esa combinación de naturalismo y modernidad de sus diseños?

Simplicidad en la estructura formal. Repetición de formas pero contrastadas con naturalismo e irregularidad. Utilización de materiales naturales principalmente, que empleo de una forma muy sencilla. Intento hacer jardines que sean refugios, que sean algo separado del quehacer cotidiano. Mi intención es que sean algo más que habitaciones exteriores o meras extensiones del espacio doméstico, aunque también puedan cumplir esta función.

¿Cómo selecciona las especies que utiliza en sus jardines?

Me baso en las plantas que crecen bien en los lugares donde trabajo, cuyo carácter va con él. Uso plantas que suelen tener un aspecto natural y son de larga vida. Sería el caso de las herbáceas perennes. También me gustan el Epimedium, los ciclámenes, las Amsonia, el Phlomis, las salvias de todo tipo... Un 25 por ciento de mis plantaciones son de algún tipo de gramínea, especialmente Miscanthus, Molinia y Panicum. Utilizo mayoritariamente árboles nativos de la región en concreto, aunque mezclados con un pequeño número de especies foráneas. Lo que nunca uso son árboles o arbustos de follajes de colores vivos.

¿Cuál es el papel de las plantas en su visión del diseño de jardines?

Lo primero: miro las plantas que crecen en un lugar determinado y entonces decido basándome en la atmósfera que intento crear. Estoy muy interesado en realizar comunidades de plantas y no me gusta mezclar las de distintos tipos de hábitats.

¿Tiene alguna combinación, o combinaciones, favorita de plantas?

No, no tengo una combinación de plantas preferida, voy cambiando constantemente. Creo que mis combinaciones favoritas son aquellas que encontramos en la naturaleza. Algunas combinaciones las utilizo con bastante frecuencia: por ejemplo, romero con Euphorbia characias, también Libertia y glicinia; florecen al mismo tiempo y juntas quedan muy bien. A veces uso combinaciones muy sencillas: realicé, por ejemplo, un jardín pequeño en Londres con helechos arbustivos, boj (Buxus sempervirens) y una gramínea (Hakonechloa macra) [ver la foto en Verde es Vida nº64, página 20]. En otros casos mis esquemas de plantación son bastantes complejos e incluyen una amplia variedad de especies.

Los jardines de Windsor y Wisley

Aunque la mayoría de sus obras son jardines privados, algunas de las creaciones de Tom Stuart-Smith se pueden contemplar en ámbitos públicos. En 2002 y para celebrar el Jubileo de la reina de Inglaterra, intervino en el castillo de Windsor empleando la faceta más sutil y tenue de su quehacer para convertir un antiguo aparcamiento de coches en el principal acceso al castillo, y todo ello con el lenguaje actualizado del pintoresquismo que impera en los jardines de Windsor.

Para los famosos jardines de Wisley, pertenecientes a la Royal Horticultural Society, ajardinó dos hectáreas de terreno alrededor del moderno invernadero construido para conmemorar el bicentenario de la institución en 2004. En este caso, su intervención resulta más decidida y su lenguaje, claramente contemporáneo, en perfecta unión con el nuevo edificio de hierro y cristal.

Ha trabajado en jardines históricos como Windsor Castle, Trentham y Wisley pero no haciendo exactamente restauración sino reinterpretación de la historia. ¿Cómo afronta este tipo de trabajos? ¿Cómo consigue esta transición entre el pasado y el presente?

En ocasiones, la nueva capa es un sutil añadido, como ocurrió en Windsor, y el estilo es, hablando en líneas generales, contextual, continuista sobre una tradición existente. En Trentham sucede justo lo contrario: los nuevos añadidos son tan potentes que aplastan lo que existía con anterioridad. Wisley no es exactamente un parque histórico sino un jardín que desarrolla una importantísima labor en el ámbito de la horticultura. La intervención consistió en el ajardinamiento de una extensa zona alrededor de un nuevo invernadero; era un proyecto con un reto muy importante porque debía intervenir en un gran espacio con forma de anfiteatro alrededor del edificio, y los grandes espacios son más difíciles de plantar de una forma interesante para los jardineros británicos, ya que lo que les interesa muchísimo es el detalle complejo. Usamos pinceladas solapadas de herbáceas como planta principal, de muchos tipos pero a la vez con toques repetitivos. Ideé el jardín como si fuera un fuga de Bach, siempre sobreponiendo melodías, con mucho detalle pero con una fuerte estructura general.

Ha comentado repetidas veces que la música y los jardines en muchas ocasiones se parecen, basando su afirmación en el contraste entre forma y contenido y en la sucesión de experiencias emocionales… de hecho, hay un músico en su equipo. ¿Sigue la música siendo “el alimento de los jardines”?

La música sigue siendo muy importante para mí como fuente de inspiración, de un modo totalmente abstracto. Tiene relación en parte con la evocación de ciertos estados de ánimo y, en parte, con sus cualidades formales. Es el caso del contrapunto, especialmente, y de Bach y Beethoven sobre los demás compositores.

¿El resto de las artes también le sirven de inspiración?

La pintura hasta cierto punto, la literatura... Algunas novelas son como jardines en el sentido de que revelan cosas, y en la medida que establecen un mundo aparte. La personal voz del escritor es bastante parecida a la autoría del diseñador en un jardín. Es algo que debe manejarse con mucho cuidado si se pretende que el jardín o el libro no sean leídos como si fueran una secuencia de instrucciones.

Su propio jardín en Bedmond, Hertfordshire, tiene un patio mediterráneo. ¿Cree que es posible aplicar un concepto como ese en un jardín inglés, o en un jardín en Inglaterra, con un clima tan diferente?

Mi jardín tiene plantas mediterráneas porque es un patio muy caluroso y estamos sobre una tierra que drena muy bien. Muchas de las plantas que se pueden encontrar en él son típicas de los jardines ingleses.

¿Ha trabajado en España? ¿Qué elementos o conceptos valora más de la jardinería española?

Lamentablemente todavía no he trabajado en España. Visité Córdoba, Granada y Sevilla cuando tenía 25 años y nunca olvidaré la experiencia que ello supuso.

¿En qué proyectos está trabajando ahora?

Actualmente estamos desarrollando unos treinta proyectos. Uno, muy emocionante, es en Kerala, en el sur de la India. También estoy trabajando en otros en París, Suiza… aunque me gusta muchísimo trabajar en mi propio país más que en ningún otro sitio, especialmente porque no me gusta estar lejos de mi familia y de mi jardín con demasiada frecuencia.

¿Qué recomendaciones le daría a un jardinero aficionado?

Que experimente y no se preocupe por cometer muchos errores. Es increíble lo que la naturaleza puede llegar a perdonar.

Más información:

www.tomstuartsmith.co.uk (ver)

• En todos los números de la revista Verde es Vida hay una entrevista con un paisajista. Consultar la hemeroteca.

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    Se trata de una obra que se aleja mucho del resto de sus jardines. ¿Hasta qué extremo está interesado en estos trabajos más conceptuales y abstractos? “Estoy muy interesadoâ€, responde el paisajista, “aunque también tengo mis dudas sobre el hecho de abstraer las cosas en demasía. En esta composición, el árbol y el movimiento del viento sobre el agua son muy importantesâ€.

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    Tom Stuart-Smith ha participado en varias ocasiones en el Chelsea Flower Show, obteniendo numerosas distinciones, entre ellas ocho medallas de oro, y cosechando, además, excelentes críticas del público y la prensa especializada. En este tipo de exhibiciones las condiciones para crear un jardín no son las óptimas —espacio limitado, poco tiempo para construir el jardín, carácter efímero de lo creado— y por ello suponen en cada ocasión un reto.

    “Uno puede crear solo un cierto tipo de jardín en un festival como Chelsea, un jardín hasta cierto punto excéntrico y con altísimos niveles de diseñoâ€, opina el paisajista. “Creo que no me apetece hacer, de momento, más intervenciones de este tipo. El mayor reto fue probablemente el primero de todos, porque es más difícil cuando estás trabajando para un cliente extremadamente exigenteâ€.

    Ese primer jardín lo creó en 1998 en homenaje a Coco Chanel, junto con Karl Lagerfeld, en un estilo barroco revisitado. En la foto de arriba, el proyecto que presentó en 2010. “Todos mis jardines están abiertos a la críticaâ€, dice; “en cierto sentido todos son exploraciones sobre los componentes formales del jardín e incluso funcionan mejor como ejercicios teóricos que como jardines en sí mismosâ€.

    Foto: Amanda Slater

Reportaje completo nº 64 >> página 18