BUSCA TU CENTRO DE JARDINERÍA MÁS CERCANO

Entrevista con Ossart y Maurières: “La función natural del jardín es la emoción”

En 2022 publicaron el Manifiesto del jardín emocional, un decálogo razonado y apasionado de las ideas, fuentes de inspiración y descubrimientos que sustentan sus tres décadas de dedicación a las plantas y los jardines. Paisajistas nómadas, brillantes jardineros, Éric Ossart y Arnaud Maurières celebran la exuberancia natural aun en la aridez.

En la gran alberca-piscina del jardín de Dar Al Hossoun, en Tarudant, en el sur de Marruecos, se refleja la riqueza de la frondosa vegetación. Creado a partir de 2004, sirvió a Ossart y Mauriéres como jardín experimental y vivienda. Foto: Elita Acosta

Entrevista_ Elita Acosta, directora editorial de Verde es Vida

Sabios y artistas, como les describe Gilles Clément en el prefacio del Manifiesto del jardín emocional, Éric Ossart y Arnaud Maurières han desarrollado a lo largo de 30 años un estilo de jardinería propio, exuberante y poético, libre de los clichés de las tendencias jardineras dominantes. Desde el respeto a la naturaleza, a la que permiten expresarse en libertad, y al genius loci, han jugado de muy diversas maneras con la idea de paraíso que evoca todo jardín. Sus frondosos jardines áridos son una deslumbrante fuente de inspiración: por sus sorprendentes combinaciones de plantas, por el gozoso diálogo que establecen con la casa, inspirado en la tradición hispano-árabe, y por la forma de afrontar la escasez de agua. Éric Ossart habló en nombre de los dos en la entrevista que resumimos aquí.

¿Qué tipo de jardines podemos, o debemos, proponernos en estos tiempos marcados por el calentamiento global?

Tenemos que cambiar el paradigma, la manera de ver el jardín. Muchos jardines son convencionales, solo decorativos; se hacen porque hay que hacerlos, o por razones de estatus. Hay que tener más humildad y aceptar más lo que nos dice la naturaleza, en vez de imponer. Eso cuesta muchos años, pero podemos empujar entre todos. Ahora que nos enfrentamos a fenómenos graves de escasez de agua y altas temperaturas, hay que olvidar los caprichos personales e ir más a observar y estudiar las cosas más adaptadas. Y quiero añadir: si aprendes, si estudias más la flora adaptada a la sequía, la vas a amar.

“La función esencial del jardín es la emoción”, se lee en su manifiesto. ¿Cómo consiguen emocionar con sus jardines? ¿Lo emocional es lo opuesto a lo formal?

No es tan sencillo como oponer lo emocional al formalismo. Nuestro Jardín del Paraíso de Chaumont-sur-Loire, por ejemplo, es cuadrado y con ejes cruzados, al estilo de los jardines árabes. A primera vista es formal, pero cuando se ve más de cerca, en cada marco, cada macizo, hay combinaciones de plantas que cambian todo el tiempo. Ahí está la libertad, ahí está la emoción.

Sus frondosos jardines áridos son una deslumbrante fuente de inspiración: por sus sorprendentes combinaciones de plantas, por el gozoso diálogo que establecen con la casa y por la forma de afrontar la escasez de agua.
En este jardín hay un espejo de agua dormida que refleja el cielo porque se supone que nuestro mundo es el reflejo del paraíso. Para dar eco a este símbolo hay unas copas donde los pájaros pueden refrescarse o beber, en las que se han escrito poemas que solo se pueden leer usando un espejo. La estructura en cruz con cuatro canales alude al paraíso, donde una fuente central alimenta cuatro ríos, pero ese simbolismo también responde a un sentido práctico: en las zonas de desierto, la forma más sencilla de regar era, es, dividir la fuente de agua en canales, acequias, y siempre con una geometría formal.

¿Cómo riegan sus jardines?

Nada es menos poético que un sistema de riego por goteo; todos esos tubos son muy feos. Solo lo usamos cuando podemos enterrarlo, se trata de cultivos en línea o no hay que mojar el follaje. En Marruecos o en México preferimos regar el jardín por aspersión de vez en cuando, quizás dos veces al mes, en mucha cantidad, lo cual nos proporciona una forma de lluvia natural. Otra opción es el riego mediante acequias, en la tradición de los jardines árabes, que además nos puede dar un dibujo en el jardín muy interesante, de acequias y canalitos. Quizás podamos perder un poquito de agua, pero lo que más cuenta es la emoción y disfrutar de verla correr. Y así no tenemos luego que instalar fuentes artificiales para dar encanto al jardín. Preferimos que el riego sea a la vez el juego de agua o las fuentes.

Han creado jardines secos en el sur de Marruecos, o en San Miguel de Allende, en México, a 2.000 m de altura. ¿Cómo consiguen que se vean tan exuberantes?

Es una meta, y una de nuestras señas de identidad, que estos jardines se vean tupidos a pesar de la escasez de agua. Lo conseguimos poniendo muchas plantas para que queden las que puedan aguantar la sequía y a la vez tengan un gran desarrollo. Buscamos densidad por dos razones: impedir que las malezas se instalen y dejar que la competencia seleccione las más fuertes y vigorosas. Plantamos 20 especies y al final solo acaban por instalarse diez, y eso no lo sabemos con anticipación: la naturaleza es imprevisible. Ponemos más de lo que va a caber en realidad y al final queda lo mejor adaptado.

Para ustedes “la tierra es la materia esencial del jardín” y la preparación del suelo es una operación clave. Aplican enmiendas orgánicas incluso si van a plantar cactus y otras plantas que teóricamente necesitan un sustrato pobre. ¿Por qué?

La mitad del presupuesto va al suelo. Preferimos invertir en él y plantar plantas jóvenes o pequeñas. En general, todas las plantas necesitan nutrientes y humus, y más aún en los climas cálidos, donde el humus se degrada muy rápido. Llevamos cantidades enormes de compost para mejorar el suelo, y después damos un mantenimiento con mulch. Vigilamos que se conserve la capa de los 30 primeros centímetros de suelo e instruimos a los jardineros para que siempre aporten compost y trituren los desechos vegetales para acolchar. Eso genera humus y ayuda muchísimo a que las plantas crezcan bien a pesar de no tener mucha agua. En Comporta, Portugal, donde los suelos son arenosos, muy pobres, hemos plantado muchas especies de Nolina, Dasylirion, Furcraea, plantas mexicanas de desierto que se adaptaron muy muy bien, pero les llevamos todos los años fertilizantes y compost para que las cosas vayan más rápido y se vean exuberantes.

Acostumbrar a esas especies a recibir nutrientes, ¿no las vuelve vulnerables?

Si no lo hiciéramos tendríamos que aceptar un jardín donde las plantas estén muy separadas unas de las otras y con aspecto moribundo. No es lo que buscamos, no estamos en ese tipo de extremismo ecológico. Así aguantarían más, pero crecerían muy lentamente y tendrían ese aspecto un poco deprimido. Fertilizamos, pero no es una fertilización de vivero. Trabajamos con compost y el reciclaje de los residuos vegetales para generar un círculo virtuoso. Conseguimos algo más exuberante de lo normal aportando materia orgánica y apoyando de vez en cuando con fertilizantes químicos.

¿Cuánto riegan en verano los jardines secos para que no se vean marrones?

En verano podemos regar un poco, pero es un error pretender un verde de golf. Muchas plantas mediterráneas no aguantan el sobrerriego en verano. Una forma de evitar que el jardín se vea marrón es plantar especies que se mantienen verdes a pesar de la falta de agua, como la sabina (Juniperus phoenicea), retamas, ágaves, dasylirion y cactáceas.

Una de sus señas de identidad es la íntima relación que crean entre el jardín y la arquitectura, al estilo hispano-árabe.

Es algo muy importante para nosotros. Hay muy pocos arquitectos que enlacen la arquitectura y el jardín. En la tradición mediterránea, ya sea romana o árabe, el jardín está generalmente en el centro del terreno; nosotros situamos las construcciones a los lados, en los límites, y el jardín en medio, como un gran patio que se hubiera expandido mucho. Sin embargo, lo habitual es que la gente quiera la casa en el centro. En esos casos añadimos unas ‘salas’ a los lados de la vivienda, como en Dar Igdad, donde, antes de entrar en la casa, encontramos lugares cerrados donde gozar de la sombra de los olivos y las fuentes. Luis Barragán en México y Geoffrey Bawa en Sri Lanka ya lo hacían así.

“El diseño del jardín es una trama en la que la vegetación va a liberarse para constituir un paisaje que escapa al diseño inicial”, escriben en el manifiesto. ¿Cuánto protagonismo dejan a la espontaneidad natural?

En nuestros jardines muchas veces no queremos decidirlo todo desde el principio, plantamos mucho en ciertas zonas pero no trazamos las circulaciones; dejamos ‘hojas por escribir’ y le decimos al propietario que en 3-5 años volveremos para quizás escoger una vista, o un pasillo, que dibujaremos cuando todo haya crecido. El jardín es algo muy especial: no solo lo dibuja el paisajista, también las plantas, y si somos listos para entenderlo nos sorprenderán cosas inesperadas. Es lo contrario a la dictadura del formalismo.

Cuéntenos sobre los jardines que han hecho en España.

Eran unas fincas semiabandonadas en Baleares, donde planteamos algo muy sencillo. En Menorca restauramos los muros de piedra seca que se habían derrumbado, para amparar al jardín de la tramontana, y creamos unos campos, como si fueran agrícolas, de salvias y plantas mediterráneas que no necesitan riego, a modo de tapetes monocromáticos. Había un tríptico a la entrada de la propiedad con salvia, phlomis o plantas así, y una gramínea nativa, Erianthus ravennae, que es silvestre en España, con la que creamos una pradera alta para dar un poco de exuberancia a este terreno. Además recogimos varias especies nativas y las reintrodujimos. Fue un toque muy ligero, algo que casi no se ve. Luego hicimos otro jardín en Ibiza, donde el cliente quería muchas plantas, entonces escogimos muchas especies de las Canarias ya que el clima es parecido.

En la versión impresa de esta entrevista aparecen fotos de otros jardines de O+M. Se puede consultar en la hemeroteca online de esta web, Verde es Vida n.96, página 16.


ÉRIC OSSART & ARNAUD MAURIÈRES

Maurières y Eric Ossart (izquierda y derecha en la foto de abajo) han abordado todas las facetas de la jardinería: desde la recolección de semillas y el viverismo a grandes proyectos públicos y privados, incluidos tres jardines experimentales personales en la Francia rural, Dar Al Hossoun, en Marruecos, y Chapala, en México.

Todo empezó en 1986, cuando se asociaron para producir plantas raras —especies canarias entre ellas— en el Domaine horticole de la Bellongue, en la Occitania.

Entre 1993 y 1998, Ossart fue el paisajista responsable del Festival Internacional de Jardines de Chaumont-sur-Loire, para el que juntos crearon numerosos proyectos.

En paralelo, Maurières fundaba y dirigía la Escuela Mediterránea de Jardines y Paisaje en Grasse. Hacia finales de los años 90 decidieron dedicarse en exclusiva al paisajismo.

Han realizado la mayoría de sus jardines principalmente en Francia, Marruecos y México, países en los que residen largas temporadas.

Numerosas publicaciones recogen su visión del jardín y sus experiencias, entre otras: Jardiniers de Paradis (2000), Les jardins de Ossart & Maurières (2008), Éloge de l’aridité (2016), resumen de su teoría y práctica de los jardines en zonas secas, Tout est jardin (2017) y Manifeste du jardin émotionnel (2022).

Más en ossart-maurieres.com


JARDINES DE OSSART & MAURIÈRES QUE SE PUEDEN VISITAR

• Rosaleda de l’Évêché, Blois (1991, Francia)

• Jardín del Paraíso, Cordes-sur-Ciel, Tarn (1996, Francia) • Jardín del Alquimista, Eygalières-en-Provence (1998, Francia)

Restauración del jardín de Les Colombières, Menton (1999, Francia)

Rosaleda del Parque floral de la Source, Orleans (2000, Francia)

Jardín del Museo Nacional de la Edad Media, París (2000, Francia)

• Dar al Hossoun, Tarudant (2004, Marruecos)

• Le Verger de Déduit, Anglards-de-Salers, Cantal (2005, Francia)

• Jardín de la Noria, Saint-Quentin-la-Poterie, Gard (2005, Francia)

• Dar el Hadir, Tozeur (2006,Túnez)

• Los Garambullos, San Miguel de Allende (2012, México)

• Jardín del Río, Graulhet, Tarn (2015, Francia)

• Jardín del Riad Villa Blanche, Agadir (2017, Marruecos)

• Jardines colectivos de l’Ourika para Yves Saint Laurent Beauté, Marrakech (2019, Marruecos). Visitas solo con cita previa.

• Jardín botánico de Chapala, Jalisco (2020, México) 

  • Arnaud Maurières y Éric Ossart
    Arnaud Maurières y Éric Ossart

    Los paisajistas franceses Arnaud Maurières (izquierda) y Éric Ossart (derecha) durante un viaje de investigación botánica en México, país donde residen gran parte del año.
    Foto: Mayer-Le Scanff

  • Los Garambullos en San Miguel Allende, México
    Los Garambullos en San Miguel Allende, México

    Flores de Salvia leucantha entre cactáceas, ágaves y distintas especies de Dasylirion en Los Garambullos, en el altiplano mexicano.

Reportaje completo nº 96 >> página 16