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Fuego Verde, Ponferrada: verdor de helechos donde ardía el carbón

En la sala de calderas de la antigua central térmica Compostilla I, el luminoso verdor del jardín de helechos arbóreos reivindica la memoria del lugar en un bucle temporal que vincula las selvas del Carbonífero con la historia de Ponferrada y la cuenca minera de El Bierzo en un espacio altamente simbólico. Este poético Fuego Verde, inaugurado en 2023, es el fruto de un equipo que a lo largo de muchos años no cejó en su empeño hasta verlo realizado.

Largo tiempo abandonada, la sala de calderas de Compostilla I alberga ahora la exposición Fuego Verde, dentro de La Térmica Cultural, en Ponferrada. Foto: Locus Amoenus

Texto_ Elita Acosta, directora editorial de Verde es Vida

Fuego Verde es la representación en forma de jardín de una línea temporal de cientos de millones de años que enlaza la selva tropical dominada por grandes helechos arbóreos que cubría la actual comarca leonesa de El Bierzo con la formación de las cuencas de carbón que han determinado la vida y el desarrollo de Ponferrada. Su espléndida colección de dicksonias y cyatheas no puede ocupar un lugar más simbólico: la sala de calderas de Compostilla I, la antigua central térmica hoy reconvertida en La Térmica Cultural. Entre 1949 y 1974, millones de toneladas de carbón de aquellos helechos prehistóricos ardieron entre sus muros para convertirse en energía eléctrica.

La espléndida colección de dicksonias y cyatheas de Fuuego Verde no puede ocupar un lugar más simbólico: la sala de calderas de Compostilla I, la antigua central térmica hoy reconvertida en La Térmica Cultural.
A esa larga línea temporal se añade la propia historia de los grandes protagonistas de Fuego Verde: el conjunto de helechos arbóreos que viajaron a El Bierzo desde Nueva Zelanda en septiembre de 2011 para (re)crear un bosque del Carbonífero bajo una cúpula de cristal. “Aquello quedó solo en proyecto, pero ya estaba lanzado el traerlos y habíamos construido un invernadero de atmósfera controlada para aclimatarlos en Pobladura de las Regueras, en Igüeña”, cuenta Luis del Riego, director del área de Formación y Producción de Planta de la Fundación Ciudad de la Energía, Ciuden, impulsora de la iniciativa.

Llegaron varias especies de Cyathea y Dicksonia, entre ellas 22 ejemplares de Dicksonia antarctica sin frondes ni raíces, que quedaron bajo la supervisión de Jorge Lorenzo Salamanca, el mayor experto en cultivo y reproducción de helechos arbóreos de España. “Es la única especie capaz de rebrotar a partir de un tronco”, explica. Las demás llegaron con el sistema radicular reducido. “Lo primero fue darles el mantenimiento adecuado para que volvieran a generar raíces y frondes, y a continuación iniciar la línea de reproducción para conocer más su biología y su comportamiento en esta zona, donde jugamos con un clima duro, más adverso que el de sus regiones de origen”. Los helechos permanecieron en Pobladura de las Regueras hasta 2016, momento en que el invernadero empezaba a quedarles pequeño, y se trasladaron a Compostilla I, en Ponferrada.

La antigua sala de calderas se convierte en un umbráculo

Abandonado el proyecto de la cúpula de cristal, la idea de transformar la antigua sala de calderas —largos años abandonada y tomada por la vegetación espontánea— en el recinto de un jardín fue del artista mexicano Jerónimo Hagerman. Pero a la llegada de los helechos en 2016, fueron los equipos de Ciuden con Jorge Lorenzo los encargados de la adecuación del espacio, el diseño y la plantación del jardín. “Estuvimos estudiando las temperaturas máximas y mínimas en el edificio durante varios años para seleccionar las especies que por rango de tolerancia al frío podían desarrollarse bien allí”, revela el experto. Las plantas no cuentan con una fuente de calor: una malla térmica, apenas visible, las protege de las heladas y el exceso de sol en verano, y se cerraron ventanas para evitar las corrientes de aire. “Lo que sí hacemos es crear una atmósfera húmeda, como si fuera un bosque tropical”, explica Luis del Riego. “Les proporcionamos agua por nebulización y alta presión. En verano se riegan en periodos de cinco minutos cada media hora para que los troncos y frondes dispongan de la humedad adecuada y no sufran las olas de calor. El edificio funciona bien: el espacio es muy alto”.

Reconvertida la antigua sala de calderas en un gran umbráculo de 739 m2 y 30 m de altura, impacta el contraste entre el verdor y la suavidad de los helechos y las exuberantes trepadoras con la arquitectura industrial y el rústico hormigón. Pero la metamorfosis de la vieja central no acaba aquí: ante la fachada de La Térmica Cultural, donde a lo largo de mucho tiempo se alzaba una montaña de restos de carbón, los equipos de Ciuden están creando amplios jardines (15.000 m2 en dos fases). Además de producir sus propias plantas, forman, a la vez que remuneran, a sus jardineros.

Una colección de dicksonias y cyatheas

Al núcleo inicial de helechos arbóreos de la colección de Fuego Verde, los tan mimados ejemplares llegados de las antípodas y otras zonas del planeta, se van sumando otros, obtenidos por esporas en los viveros de Ciuden en Pobladura de las Regueras. Incluye tres especies de Dicksonia, con la Dicksonia antarctica representada por 22 ejemplares varias veces centenarios dada su altura a un ritmo de crecimiento de 2,5 cm por año; Dicksonia fibrosa, más pequeña y con una habitual falda de frondes secos, y Dicksonia sellowiana.

Del género Cyathea, helechos de rápido crecimiento, recibieron Cyathea cooperi, una de las más cultivadas, de báculos especialmente atractivos (ver abajo); Cyathea brownii, endémica de la isla Norfolk, de gran tamaño y raquis (la nervadura central de los frondes) recubiertos de páleas (escamas) de color crema; Cyathea australisCyathea tomentosissima. Entre las nativas de Nueva Zelanda, Cyathea dealbata, el helecho arbóreo plateado, dada la tonalidad del envés de los frondes, emblema del equipo nacional de rugby, All Blacks; Cyathea medullaris, de estípites (pecíolos) negros, y Cyathea smithii, con su habitual falda de raquis secos.

Entre las obtenidas por esporas en El Bierzo destacan la Cyathea felina, de Nueva Guinea, de frondes muy erquidos y dibujados báculos recubiertos de densas escamas doradas o blancas (ver abajo); Cyathea cooperi de estípite rojo o azul (‘Blue Stipe’), y Cyathea lunulata, nativa de un gran número de islas del Pacífico, con pecíolos con coloraciones verde oliva, verde oscuro e incluso negras o purpúreas.

La colección contiene otros grandes helechos acompañantes: Todea barbara, el plumoso helecho rey de Nueva Zelanda, y especies paleomediterráneas protegidas, verdaderos fósiles vivientes ibéricos como la Woodwardia radicans, presente en la cornisa Cantábrica, o la Culcita macrocarpa, un endemismo ibero-macaronésico extremadamente amenazado, que Ciuden está reproduciendo.

Frondosas trepadoras revisten los ásperos muros o se enredan en largos obeliscos metálicos: hiedras, pasifloras, lúpulo, parra virgen (Parthenocissus quinquefolia Parthenocissus tricuspidata)...

Tapizando el suelo, Soleirolia soleirolii, Vinca major y Vinca minor. Y en los grupos de contenedores de cemento y arlita ideados en sintonía con el espacio, Tetrapanax papyrifera, higueras, aralias, acantos, pequeños helechos...

Más información:

latermicacultural.es

helechosarboreos.com

En verdeesvida.es:

Bajo el parasol de los helechos arbóreos

  • Un umbráculo de 30 metros del altura
    Un umbráculo de 30 metros del altura

    Largo tiempo abandonada, la sala de calderas de Compostilla I alberga ahora la exposición Fuego Verde, dentro de La Térmica Cultural, en Ponferrada.
    Foto: Locus Amoenus

  • Ejemplares centenarios de Dicksonia antarctica
    Ejemplares centenarios de Dicksonia antarctica

    El espacio es un umbráculo de 30 m de altura que aloja una gran colección de helechos arbóreos a la que se van incorporando nuevas especies.
    Foto: Locus Amoenus

  • Escamas doradas
    Escamas doradas

    Báculos de Cyathea felina ya empezando a abrirse, recubiertos de escamas doradas.
    Foto: Locus Amoenus

  • En los parterres
    En los parterres

    En los parterres, los helechos arbóreos conviven con plantas acompañantes y trepadoras que tapizan muros y obeliscos metálicos.
    Foto: Locus Amoenus

  • Otros helechos
    Otros helechos

    El Asplenium scolopendrium es un helecho terrestre capaz de soportar bajas temperaturas. También aparece plantado en los parterres.
    Foto: Locus Amoenus

  • Maceteros de cemento y arlita
    Maceteros de cemento y arlita

    Maceteros de cemento y arlita de distintas alturas y diámetros, plantados con Fatsia japonica, aspidistra y pequeñas palmeras.
    Foto: Locus Amoenus

  • Flores de lúpulo
    Flores de lúpulo

    Flores de lúpulo, una de las frondosas trepadoras del jardín. León es el mayor productor de España de este saborizante de la cerveza.
    Foto: Locus Amoenus

  • Muros tapizados de hiedra
    Muros tapizados de hiedra

    La hiedra tapiza las paredes de cemento creando un rincón de exuberante verdor natural.
    Foto: Locus Amoenus

Reportaje completo nº 105 >> página 42