BUSCA TU CENTRO DE JARDINERÍA MÁS CERCANO

Manzanas y flores en la ruta de Caronte

Recorrer los paisajes de El paso de la laguna Estigia junto al investigador botánico Eduardo Barba desvela un rico y minucioso repertorio de plantas.

En El paso de la laguna Estigia, el barquero Caronte transporta a un alma entre la abrupta costa del Paraíso y la orilla del Infierno. Busca las flores que aparecen en la pintura al final del texto. Foto: Wikimedia Commons

Además de un extraordinario pintor de paisajes, Joachim Patinir (ca. 1480-1524) era un meticuloso observador de las plantas. “La complejidad botánica en sus obras es espectacular, con un nivel de detalles único, que no he observado en otros pintores”, afirma el investigador y jardinero Eduardo Barba. Palabra del autor de la catalogación del repertorio vegetal representado en más de 1.800 obras de la colección del Museo del Prado y de El jardín del Prado, el último fenómeno editorial relacionado con la jardinería, un motivador paseo botánico por las obras de los grandes maestros presentes en la pinacoteca.

“La complejidad botánica en sus obras es espectacular, con un nivel de detalles único, que no he observado en otros pintores”, afirma el investigador y jardinero Eduardo Barba.
Esa fidelidad en la representación botánica, que Barba atribuye a una observación directa del natural, alcanza su máxima expresión en El paso de la laguna Estigia y, más precisamente, en el vergel del Infierno, que reproducimos en esta página, “uno de los fragmentos de pintura más excelsos del Museo del Prado”.

En la tan amable como engañosa orilla del Infierno, las copas de los manzanos lucen los frutos en las ramas que reciben más sol, se aprecia una herida en el tronco, los escaramujos exhiben su estructura de zarza, claramente distinta del arbusto de la Rosa gallica... A Patinir le bastan milimétricas pinceladas para representar las flores —“de cuatro pétalos”, aquí sí una licencia artística, seguramente por razones simbólicas— y los frutos de las fresas...

El Paraíso, de costa rocosa y difícil, guarda otro repertorio botánico... para descubrir ante la propia pintura en su sala del Prado.


... “los ojos se me van a la costa del Infierno...

... donde se encuentra uno de los fragmentos botánicos más gloriosos de la colección del Museo del Prado y, para mí, uno de los más hermosos de toda la historia del arte. Ese manzano delicioso, justo en la orilla, que cobija bajo sus ramas cargadas de frutos un rosal, violetas, una celidonia, fresas, un llantén menor y una azucena con sus flores blancas, una de las diez plantas más representadas en la colección del Prado”.

Eduardo Barba, El jardín del Prado


➀ Manzano (Malus domestica)

➁ Azucena blanca (Lilium candidum)

➂ Llantén menor (Plantago lanceolata)

➃ Celidonia (Chelidonium majus)

➄ Fresa silvestre (Fragaria vesca)

➅ Rosa de boticarios (Rosa gallica)

➆ Escaramujo (Rosa canina)

➇ Lirio amarillo (Iris pseudacorus)

Más información:

El jardín del Prado, de Eduardo Barba Gómez (2020, editorial Espasa)

• Conferencia en YouTube: Patinir botánico. Las plantas del Paraíso y el Infierno

  • Manzano
    Manzano

    En el cuadro de Patinir, el manzano muestra mayor cantidad de frutos en la zona de la copa donde recibe más sol. Este árbol está presente en ambas orillas de la laguna Estigia.

  • Rosales
    Rosales

    La representación de los rosales —a la izquierda, la Rosa gallica, a la derecha, la Rosa canina— es fiel a la estructura real de los arbustos.

  • Azucena blanca y otras plantas
    Azucena blanca y otras plantas

    Al pie del manzano, una azucena blanca, flor altamente simbólica, abre sus flores. Junto al tronco, la celidonia. Casi a la orilla del agua, un llantén y matas de fresas.

Reportaje completo nº 91 >> página 58