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Bromelias: las mil y una rosetas

Proceden de los bosques tropicales y subtropicales de América Central y del Sur, donde crecen como epífitas en los árboles. De allí su querencia por los ambientes húmedos y cálidos, que será necesario procurarles cuando se cultivan en interiores. El premio es el intenso contraste entre el verde de las hojas y los rojos, anaranjados y amarillos de las brácteas que rodean las flores.

Después de florecer las bromelias mueren, pero generan brotes en la base, que hay que trasplantar. En algunas especies, las flores duran muchos meses. Existen 1.500 especies de bromelias (abajo, una guzmania). Copyright: Oficina Holandesa de Flores

Deben su nombre a un botánico sueco llamado Olef Bromel, nada más ajeno a estas bellezas del trópico, habituadas a vivir en brazos de los árboles, suspendidas en el aire húmedo y cálido de la selva.

La familia de las Bromeliáceas incluye 60 géneros y cerca de 1.500 especies, originarias de las regiones cálidas de América y las Antillas, y numerosos híbridos. La mayoría y las más espectaculares son epífitas, aunque las hay también terrestres (ver columna, a la derecha).

Las bromelias epífitas necesitan poca tierra y poco riego, pero exigen un ambiente húmedo, frecuentes pulverizaciones y agua en el centro de la roseta (excepto en invierno).
Las bromelias destacan por la roseta que forman sus largas hojas coriáceas, y en cuyo centro conservan la dosis de agua que necesitan para vivir. Sin embargo, lo que más llama la atención en estas plantas son las brácteas, hojas modificadas de color rojo, púrpura, amarillo, rosado, anaranjado... que surgen en torno a las flores, en contraste con el verde de las hojas. Tienen forma de espiga o racimo, a cada cual más decorativa.

Las bromelias florecen una sola vez, aunque en algunas especies la inflorescencia puede durar muchos meses; luego la planta muere, pero deja en la base numerosos retoños que permiten multiplicarla.

Las más bellas bromelias epífitas

Rosetas de largas hojas con visos plateados o franjas oscuras, y una inflorescencia en forma de espiga de tonos rosados o rojos, como las Aechmea o piñuelas (la A. fasciata figura en la lista de plantas purificadoras). Rosetas de hojas acintadas con flores que surgen en un tallo rodeadas de brácteas de intenso color rojo, anaranjado, amarillo o púrpura, como las Guzmania. Rosetas muy abiertas, de corazón rojo o rosado lleno de minúsculas flores blancas, como algunas Neoregelia. Rosetas acampanadas de hojas verde oscuro con franjas y una inflorescencia en forma de larga espiga plana de color rojo vivo, como las Vriesea. O densas rosetas de hojas delgadas y blandas, de las que surge una inflorescencia donde las brácteas se imbrican unas con otras formando una espiga de color púrpura de la que surgen flores azules, como las Tillandsia. Estos son solo algunos de los géneros que guardan las especies más llamativas. El mundo de las bromelias es un amplio universo para explorar (en fcbs.org/pictures.htm hay fotos e información en inglés sobre cientos de especies).

El trópico en casa

Cultivar bromelias en casa exige recrear las condiciones de su hábitat natural: mucha humedad ambiental y una temperatura cálida.

• Exposición y Temperatura: Las variedades de follaje agrisado pueden situarse en una exposición luminosa o soleada (el sol directo puede quemar las hojas); en invierno, cuando están en reposo, la temperatura debe ser de 12 a 14 grados. Las de hojas verdes o coloreadas prefieren un lugar en semisombra, y una temperatura en invierno de 16 a 18 grados. Durante los meses más fríos todas prefieren recibir mucha luz. Pueden vivir como epífitas, sobre un trozo de corteza o de tronco, o en un tiesto con sustrato para orquídeas, por ejemplo.

• Humedad: Para estas plantas es clave la humedad atmosférica, que condensan gracias al tejido que recubre las raíces. Así pues, desde finales del invierno hasta comienzos del otoño, necesitan pulverizaciones con agua no calcárea. Se pueden aprovechar, además, para aportarle abono foliar diluido, o fertilizante para orquídeas, una vez al mes.

• Riego: Durante el verano deben recibir agua en las axilas de las hojas y la roseta central; en sus hábitats naturales, este reservorio actúa también como fuente de nitrógeno, que surge de la descomposición de insectos y restos vegetales que caen en el interior. El agua de la roseta debe renovarse de tanto en tanto. Con todo esto, el sustrato apenas debe estar húmedo. Un exceso de agua, especialmente durante el invierno, puede favorecer la aparición de botritis y podrirse; la roseta debe vaciarse de agua en esa estación.

• Plagas y enfermedades: No son plantas propensas a sufrir plagas, a excepción de la araña roja en ambientes muy secos, la cochinilla y la cochinilla algodonosa. Las guzmanias puede ser atacadas por pulgones.

Información relacionada:

• Plantas purificadoras: aire limpio dentro de casa, Verde es Vida nº61, página 34.

Sítio Roberto Burle Marx: mensajes desde el paraíso, Verde es Vida nº63, página 44.

• Fotos de cientos de especies de bromelias en fcbs.org/pictures.htm.

 

  • Bromelias de tierra
    Bromelias de tierra

    Dicen que fue Cristóbal Colón el descubridor de las bromelias. En 1493, durante su segundo viaje a las Indias, conoció el Ananas comosus, la planta de la piña, en la isla de Guadalupe. El género Ananas abarca ocho especies de bromelias terrestres de largas hojas rematadas por espinas, algunas de las cuales se utilizan como plantas ornamentales, especialmente las de dos tonos: verdes con ribetes amarillos o crema.

    Otra bromelia de tierra es el criptanto (Cryptanthus), densa roseta plana de hojas rígidas con márgenes ondulados espinosos y flores blancas.

Reportaje completo nº 56 >> página 34