Gerberas: las margaritas del ‘flower power’
Los colores de las flores de las gerberas no tienen rival en el reino de las margaritas: rosados muy claros, chicle, magenta, rojos intensos, naranjas vibrantes o suaves, amarillos... Las margaritas del flower power de finales de los años 60 son perfectas para llenar de color y vida verde los ambientes de interior más luminosos de la casa.
Gerberas mini con grandes flores dobles de tonos que van del rosado al blanco. Son tan pequeñas que permiten usar jarras como portamacetas. Copyright: Oficina Holandesa de FloresDe los rosados en toda su gama a los escarlatas y rojos vibrantes, los naranjas y amarillos: la extraordinaria vivacidad y variedad de colores que lucen los capítulos de las gerberas las convierten en los parientes más pop de las margaritas, con las que comparten parentesco. Aunque todas son Compuestas o Asteráceas, estas son ¡la genuina e inspiradora imagen del flower power!
Las híbridas (Gerbera x hybrida) no cesan de florecer desde mediados de la primavera al final del verano (de abril a septiembre). Las flores duran mucho tiempo y están provistas de gruesos pedúnculos que, al contrario de lo que sucede en la especie Gerbera jamesonii, típica de los jardines, no son sensibles a la luz, de manera que no se cierran de noche.
Pequeños tiestos floridos
Encontrarás estas coloridas gerberas híbridas en pequeños tiestos. Los ejemplares son compactos y suelen tener entre 25 y 45 centímetros de alto por unos 25 a 40 de ancho, siempre coronados por un ramo de flores en capítulo de siete a 12 centímetros de diámetro, un tamaño maxi que los obtentores han conseguido gracias a múltiples hibridaciones.
Las flores suelen ser simples, es decir con una única fila de pétalos —lígulas, en realidad, tratándose de inflorescencias en capítulo— dispuestos en forma de rayos. Pero también las hay dobles, con dos hileras superpuestas, e incluso con una o dos filas más de pétalos cortos rodeando el botón central. Este botón puede lucir colores muy variados. Los capítulos sobresalen notablemente de las pequeñas matas. El follaje surge en forma de roseta; las hojas, de color verde jugoso, son anchas y alargadas, con los bordes crenados y pequeños pelos en la superficie.
CÓMO CUIDAR LAS GERBERAS PARA QUE DUREN TODO EL VERANO
Las gerberas requieren un grado moderado de mantenimiento. Si les ofreces las condiciones adecuadas de cultivo no te darán mucho trabajo:
• Colócalas en un sitio muy luminoso; incluso pueden recibir sol directo.
• Riégalas procurando no mojar el centro de la planta.
• No dejes que el sustrato se encharque. Vigila que el tiesto cuente con un buen drenaje. Si el sustrato tiene exceso de humedad puede producirse asfixia radicular o podredumbre por hongos del suelo.
• Si gozan de una temperatura en torno a los 24º durante el día se hallarán muy a gusto, aunque también pueden soportar hasta 32º. Por la noche, el termómetro no debería marcar menos de 15º. Protégelas del frío del aire acondicionado.
• Dales abono para plantas de flor desde la primavera al final de la floración con la frecuencia que indique el fabricante en el envase.
• Si el ambiente es muy cálido y seco, ya sea dentro o fuera de casa, pueden ser atacadas por la araña roja; la reconocerás porque teje finísimas telas en el envés de las hojas y el follaje en general tiende a amarillear; aplica inmediatamente un acaricida. En esas condiciones también pueden hacerse presentes los trips; combátelos enseguida con el fitosanitario adecuado.
• Es una planta vivaz que suele tratarse como anual. Si quieres conservar los ejemplares de un año a otro, cámbialos de tiesto en primavera.
• Procúrales un sustrato fértil y bien drenado, más bien arenoso. Debe permanecer seco o moderadamente húmedo.
• Puedes multiplicarlas por división de mata.
• Las que crecen al aire libre suelen recibir la indeseada visita de los minadores de hojas (destruye el follaje que veas afectado), mosca blanca (aplica el fitosanitario adecuado), orugas y larvas de mariposas (retíralas a mano o rocíalas con un insecticida) y babosas y caracoles (aplica un antilimacos).
• Entre los hongos, el oídio suele aparecer en primavera; apenas veas sus manchas cenicientas sobre las hojas rocíalas con un antioídio.