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¿Qué plantas escoger para un seto perimetral?

Bordear la parcela o el jardín con un seto de plantas bien elegidas y dispuestas es un recurso de gran valor estético, pero también biológico y medioambiental. Formales o libres, estas barreras verdes sirven para delimitar el espacio, ganar privacidad impidiendo las vistas desde el exterior, e incluso amortiguar el ruido.

Un seto de haya (Fagus sylvatica) en otoño. Es marcescente, lo cual significa que conservará las hojas secas hasta la primavera. Foto: Shutterstock

Texto_ Agustín Bravo, jardinero proyectista

Los setos perimetrales de arbustos pueden ser formales o geométricos, o informales y libres. Los primeros lucen generalmente caras planas y formas cuadrangulares o trapezoidales, aunque también redondeadas. En los informales, en cambio, se deja que las plantas luzcan un aspecto más natural y silvestre.

Compositivamente, los setos formales confieren sensación de solidez al recinto creando una nítida barrera visual y física —incluso pueden aislar del ruido— que delimita muy claramente el interior y el exterior. Además proporcionan un fondo homogéneo y continuo que permite resaltar otros elementos del jardín. Por norma general están formados por ejemplares de la misma especie. No suele ser buena idea intercalar distintas ya que los posibles cambios de color o caracteres estacionales de cada una alterarían esa continuidad y solidez.

A la hora de plantar

Para conseguir un seto uniforme es clave planificar correctamente la plantación.

• Lo primero: preparar adecuadamente el suelo. Habitualmente, los setos perimetrales van adosados a una valla o un muro, zonas laterales que, al acabar las obras, suelen presentar problemas de uniformidad en el suelo. Si esto no se corrige, el seto crecerá mucho en algunos sitios y poco en otros, por ejemplo en las esquinas, donde al estar las tierras más sueltas crece más que en las zonas centrales. Por ello es importante preparar el suelo aireándolo y aportándole materia orgánica uniformemente en toda la línea donde se va a plantar.

• De qué altura comprar los ejemplares. No se debería escoger el tamaño de las plantas según la altura del seto deseado. Plantar ejemplares muy grandes suele ser contraproducente ya que les cuesta mucho arraigar y tardan años en empezar a crecer. La altura adecuada suele ser de 1,50 m.

• A qué distancia plantarlos. Un error muy habitual es plantar los arbustos cuanto más cerca mejor. Sin embargo, a la larga, si están muy juntos, tenderán a ahilarse, tirarán para arriba y dejarán en la base troncos casi sin hojas. Tradicionalmente se han plantado tres ejemplares por metro (cada 30-35 cm) pero lo aconsejable es cada 50-75 cm, incluso un metro, según la especie.

• Cómo podar. Si se necesita, por ejemplo, un seto de dos metros de altura, los ejemplares deberán empezar a recortarse desde 1,50-1,75 m para que vayan desarrollando una forma compacta a partir de 30-50 cm por debajo de la altura deseada. En los sucesivos cortes habrá que ir elevando poco a poco la altura del seto.

• Qué especies elegir. Es habitual emplear coníferas por lo bien que admiten la poda, pero suelen ser muy sensibles a los hongos del suelo Phytophthora y Fusarium. La tan popular arizónica (Cupressus arizonica) prácticamente se ha dejado de usar por ese motivo. Más adecuadas son otras coníferas, como el ciprés común (Cupressus sempervirens), el de Leyland (Cupressocyparis leylandii, en especial ‘Gold Rider’*), de rápido crecimiento y gran resistencia, la Thuja plicata (‘Atrovirens’*) y la Thuja pyramidalis ‘Aurea’.

Entre las frondosas perennifolias de hoja grande resultan un acierto el azarero (Pittosporum tobira*), el laurel (Laurus nobilis*), el Prunus laurocerasus (‘Rotundifolia’*), la Photinia x fraseri ‘Red Robin’* y últimamente ‘Carré Rouge’, que ensancha menos y tira más hacia lo alto, el durillo (Viburnum tinus, en especial ‘Eve Price’* y ‘Gwenllian’*), el aligustrón o aligustre del Japón (Ligustrum japonicum), la Phillyrea latifolia (también la Phillyrea angustifolia, de hoja fina), la encina (Quercus ilex) y, en sus zonas, las camelias (Camellia spp.).

Entre las caducifolias se usa cada vez más el carpe (Carpinus betulus*) por su dorada otoñada y su follaje marcescente, y el haya (Fagus sylvatica*) en el norte de España.


Setos informales o libres: un aire más natural

En los setos perimetrales no formales la plantación es menos rígida, ya que se busca un efecto más natural. La disposición más adecuada en estos casos es la de tresbolillo. Se pueden utilizar ejemplares de la misma especie para conseguir homogeneidad, pero también resulta interesante mezclar caducifolias y perennifolias, plantas de flor o de bayas con otras de follaje singular en una alternancia. En este caso conviene situar en primer plano las de hoja caduca y las de flor y recortarlas con regularidad para que dejen ver las perennes de detrás. Entre las perennifolias más apropiadas para setos libres destacan el Viburnum odoratissimum ‘Lucidum’, el lentisco (Pistacia lentiscus), las adelfas (Nerium oleander) y los Elaeagnus pungensElaeagnus x ebbingei Elaeagnus x submacrophylla*, de tonalidades plateadas, o con variegaciones (‘Limelight’*, ‘Gilt Edge’*).

Entre las caducifolias, los lilos (Syringa vulgaris y sus numerosos cultivares, entre ellos ‘Andenken an Ludwig Späth’*, ‘Firmament’* y ‘Madame Lemoine’*), la Deutzia scabra ‘Plena’ y la celinda (Philadelphus coronarius, incluso ‘Variegatus’*), ambas de bella floración blanca, la Forsythia x intermedia (‘Linwood Variety’*), de flor amarilla en invierno, y el membrillero de flor (Chaenomeles speciosa, particularmente ‘Apple Blossom’ o ‘Moerloosei’*).


Setos defensivos de hojas duras, espinas y aguijones

Los setos perimetrales también pueden tener un carácter defensivo y reforzar su función de barrera utilizando especies espinosas o de hoja dura. Eso sí, la presencia de espinas y aguijones hace más complicado el mantenimiento y se deben tomar precauciones para evitar los pinchazos. Para este tipo de setos se pueden escoger los Berberis, en especial el Berberis julianae,, el acebo común (Ilex aquifolium*), la Pyracantha angustifolia, el espino de Jerusalén (Parkinsonia aculeata) y, excepto en Canarias, el tojo (Ulex europaeus).


TOMA NOTA

• Pide en tu centro de jardinería que te indiquen las especies más adecuadas para tu zona. Los setos de coníferas, por ejemplo, no suelen funcionar bien en el clima mediterráneo de costa, en cambio se usa con éxito la Eugenia myrtifolia ‘Newport’.

• En los chalets adosados se recomienda evitar los setos que crezcan demasiado a lo ancho y escoger especies de desarrollo más vertical o plantas trepadoras.

• Hasta que el seto crezca y aisle visualmente por completo el perímetro se puede colocar algún tipo de malla de ocultación que sea muy ligera. Un elemento muy opaco —brezo por ejemplo— podría dificultar el buen crecimiento del seto.

• Al ser setos muy densos conviene instalar un sistema de riego por goteo para evitar así que se mojen las hojas.

• Podar los setos de coníferas con tiempo muy húmedo o lloviendo facilita el ataque de los hongos.

• Para conseguir un seto compacto se han de efectuar al menos dos recortes al año.


* Cuenta con el Award of Garden Merit de la Royal Horticultural Society por sus buenas cualidades jardineras.

  • Seto de lilos
    Seto de lilos

    Un seto informal de lilos (Syringa vulgaris) en primavera, en plena floración. Está formado por variedades de flor blanca y distintas tonalidades lilas.
    Foto: iStock

  • Un berberis para setos defensivos
    Un berberis para setos defensivos

    El Berberis julianae es un arbusto espinoso ideal para formar setos defensivos.
    Foto: Plant Image Library

Reportaje completo nº 90 >> página 52