Verde es Vida nº91

48 verdeesvida MASCOTAS Fotos: Istock; Shutterstock Agapornis: los loros amorosos UN AGAPORNIS ES FELIZ SI VIVE EN compañía. Lo ideal es la de otro agapornis de la misma especie y sexo contrario, aun- que también establece sólidos vínculos con otras especies, otros pájaros y, natu- ralmente, con sus humanos. Lo lleva en el nombre del género: al fin y al cabo, la pa- labra griega agape significa amor espiritual. Este pequeño loro es un ave sociable y con fuertes hábitos gregarios —de ahí su otro nombre, inseparable—, nativa del centro de África. Las especies más comunes en la cría en cautividad son fischeri o de Fischer, perso- nata y roseicollis . Miden entre 13 y 18 centí- metros, excepto el taranta, menos común, de unos 20 centímetros. Son pájaros bonitos, de pico corto y fuerte, y plumaje predominante- mente verde o azul, con numerosas mutacio- nes de color. Se aconseja adquirirlos en luga- res autorizados para ello y evitar los híbridos. Convivir con un agapornis Los agapornis pían, silban, cantan, emiten sonidos muy acústicos… Su presencia se nota y hacen compañía, pero no son preci- samente aves discretas. Esta característica, como todo lo que conlleva la convivencia y la responsabilidad de tener un animal en casa, se ha de tener en cuenta antes de escogerlo como mascota. Son longevos: suelen vivir una media de 15 a 20 años, y no llevan nada bien la soledad y el aislamiento. Si desde el principio comparte jaula con otro agapornis disfrutará de una situación de partida óptima, y se evitarían los episodios de intolerancia que se generan cuando ya acostumbrado a ser el único habitante de su jaula aparece un compañero. Macho y hem- bra de la misma especie es la fórmula ideal. La jaula ha de ser lo más grande posible, rectangular —nunca cilíndrica— para que cuenten con esquinas donde refugiarse, y más alta que larga, ya que al ser aves trepa- doras y de cola corta no se desplazan en ho- rizontal sino en vertical. Por eso mismo, los ¿Mezclas de semillas o pienso? La alimentación principal de los agapornis, aves granívoras, puede hacerse con mezclas de semillas o pienso. Las primeras son muy asequibles, aunque permiten a estas aves seleccionar solo las semillas que les gustan (y arrojar al suelo las demás), con el consi- guiente riesgo de carencias nutricionales. El pienso consiste en croquetas equilibradas, es decir, con todos los nutrientes necesarios; a cambio de un precio mayor les asegura una alimentación óptima y con menos desperdicio. La dieta se puede complementar con toda clase de verduras y frutas, menos perejil y aguacate. Aportarles calcio es obligatorio: basta colocar en la jaula un bloque de grit o jibia. Si la alimentación es correcta no harían falta más suplementos, excepto un polivitamínico en el agua, recetado por el veterinario, en las épocas de muda o celo, que les suponen un mayor desgaste energético. barrotes también deberían ser horizontales. Es importante que la puerta sea segura, ya que cualquier objeto que pueda moverse será objeto de investigación por parte de los aga- pornis con consecuencias no deseadas: abrir- lo y/o romperlo. Lo mismo ocurre con los be- bederos y comederos: han de estar fijos. Proporcionarles juguetes que concentren en un único objeto todos los estímulos —so- noros, táctiles, visuales— los mantendrá en-  Agapornis de Fischer, roseicollis y personata (desde la izquierda), las tres es- pecies más habitua- les como mascotas. El nombre los describe a la perfección: agapornis, del griego clásico agape, amor, y ornis, pájaro…Estos pequeños, coloridos y sociables loros africanos, también llamados inseparables, sonmuy famosos por los fuertes vínculos que establecen entre ellos y con sus humanos. Si escoges una de estas aves como mascota tendrás muchos años de bulliciosa y simpática compañía.

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