Verde es Vida nº91

verdeesvida 49 www.pindstrup.es Sustratos de calidad profesional para tus plantas • Renovamos imagen. • Nuestros nuevos formatos son más manejables para adaptarnos a lo que de verdad necesitas. • Y además incorporamos ‘Forest Gold’, una innovadora alternativa a la turba, elaborada con fibra de madera y utilizada con excelentes resultados en el mercado profesional. • La renovación de la gama continuará este año. Sustrato Universal en 40 y 70 litros Sustrato Universal Premium en 5, 20, 40 y 70 litros Sustrato Plantas de Flor en 40 litros Sustrato Acidófilas en 20 y 40 litros Sustrato Cactus y Suculentas en 5 litros Sustrato Césped en 40 litros Corteza decorativa en 40 y 70 litros tretenidos. Su diversión será romperlo, por eso lo más práctico es construirlo con cosas que se tengan en casa, exceptuando aquellas donde puedan enganchar el pico. Dónde colocar la jaula La jaula se debe colocar en el punto más alto de la casa y donde puedan recibir sol directo, esencial para su buena salud, pero asegurán- doles también una zona de sombra que les permita resguardarse cuando lo deseen. Mantenerla limpia es esencial para su bienestar. Si se coloca en la base un lecho absorbente de papel para recoger las heces, cubierto con una rejilla que les impida pisar- lo, la limpieza de la jaula se puede reducir a una o dos veces a la semana. Eso sí, el agua se debe renovar varias veces al día. Si se desea que los agapornis críen será preciso colocar una caja nido en la jaula. Si la intención es la contraria basta con no po- nerles el nido y retirar cuanto antes el huevo que pudiera poner la hembra.  Agradecemos a Noé Fernández Benjumea, experto en mascotas del centro Verdecora de Alcalá 108, Madrid, la información y aseso- ramiento aportados para este artículo. En contacto con sus humanos Es habitual ver agapornis posados sobre manos, brazos, hombros, cabezas... Son mimosos y suelen dejarse acariciar y jugar en contac- to directo con ellos, sobre todo si han sido criados a papilla desde pequeños y, por lo tanto, se han habituado desde el principio a rela- cionarse con humanos. No obstante, como ocurre con tantas otras mascotas es importante saber reconocer y atender las señales de basta ya, que en su caso son erizamiento del plumaje, pico abierto, dilatación y contracción de las pupilas y cuerpo en horizontal. Si no es papillero se lo puede ir acostumbrando al contacto humano de forma progresiva y con mucha paciencia y disciplina, primero desde el interior de la jaula y luego, poco a poco, con la jaula abierta, en estancias reducidas donde se sienta seguro y pueda volar. Para el papillero, darle libertad para salir de la jaula y hacer unos vuelos dentro de casa es imprescindible. Mantener las ventanas cerradas y vigilar sus travesuras es obligatorio, especialmente si quieren jugar con objetos que puedan romper o que les supongan un peligro, como cables que se sientan tentados a picotear.  Un Agapornis roseicollis de plumaje amarillo intercambia mimos con su dueña.

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