Verde es Vida nº94

verdeesvida 53 Rosales silvestres Forman parte de este grupo la Rosa canina o la R. moschata, por ejemplo. Solo necesitan poda de mantenimiento tras la floración con el objetivo de potenciar su porte natural. Ya que florecen sobre madera vieja (ver texto principal), podarlos en invierno comprome- tería la floración de primavera. En el caso de los rosales que pro- ducen escaramujos llamativos, como la Rosa rugosa, la poda debe llevarse a cabo tras la caída de los frutos; si el arbusto ya está formado solo ha de ser ligera y de mantenimiento. Rosales arbustivos antiguos y New English Roses • Los rosales antiguos, es decir, los que se cultivaban en Europa antes de 1867, se caracterizan por sus flores olorosas y una sola floración al año. Abarcan rosales tan diversos como los centifolia, gallica, damascena, Bourbon, entre tantos otros. Precisan poda de mantenimiento tras la floración. En aquellos en los que el peso de las flores tumbe las ramas es necesario recortarlas entre un cuarto y un tercio de longitud para fomentar una estructura más compacta. • Las New English Roses desarrolladas por el rosalista inglés David Austin aúnan el aspecto y las flores fragantes de los rosales anti- guos con la capacidad de reflorecer de los rosales modernos. La poda consiste en una poda continua de las flores a medida que se marchiten, y el recorte de los brotes demasiado vigorosos. En el invierno solo se efectúa la poda de mantenimiento y se elimina algún brazo viejo desde la base del arbusto para su renovación. Rosales modernos • Híbridos de té En 1867 apareció el primer rosal híbrido de té, producto del cruza- miento de un rosal de té europeo con un rosal asiático reflorecien- te. Los híbridos de té se caracterizan por su porte poco compacto y sus grandes flores. A la salida del invierno, cuando empiezan a hincharse las yemas, se podan los tallos envejecidos y los chupo- nes y se dejan entre tres y seis tallos lo más jóvenes posible, con tres a cinco yemas cada uno (foto grande en la otra página). Poda de rosales arbustivos • Floribunda, multiflora, polyantha Mediante la poda se debe fomentar el rejuvenecimiento y la emisión de una abundancia de tallos que generen flores en masa. Se podan desde la base todos los tallos viejos que se pueda y se dejan los tallos nuevos, que se recortarán a dos tercios de su longitud dejando entre seis y ocho yemas. Hay excepciones: en algunos cultivares como ‘La Sevillana’, por ejemplo, se pueden dejar los tallos nuevos prácticamente íntegros para conseguir un gran número de yemas de flor. • Rosales miniatura o de patio En estos rosales de pequeño tamaño —muchos de ellos son versiones enanas de cultivares floribunda e híbridos de té— basta una poda de mantenimiento tras la floración o cuando asoman las primeras yemas al final del invierno. Sin embargo, al ser un grupo muy dispar será necesario observar la reacción y ajustar la intensidad de poda adecuada en cada caso. PODA DE AGOSTO DE LOS ROSALES MODERNOS En nuestras latitudes, donde los rosales gozan de periodos de desarrollo largos, la floración de muchos rosales modernos decae a mediados del verano a causa de una excesiva vegetación y el desgaste de toda la temporada. Por ello, en agosto se aconseja reducir a la mitad la longitud de las ramas para conseguir arbustos compactos y una nueva floración en otoño. Poda de rosales trepadores Sarmentosos (ramblers) Constituyen un importante grupo de rosales con estructura de zarza, que flo- recen libremente y en abundancia. Entre ellos figuran la Rosa banksiae, ‘Félicité et Perpétue’, ‘Dorothy Perkins’, ‘Adélaïde d’Orléans’, R. filipes ‘Kiftsgate’... Solo requieren poda de mantenimiento (ver texto principal) siempre que dispongan de suficiente espacio. Para controlar el tamaño se podan tras la floración. Modernos (climbers) Se trata de rosales modernos con ramas rígidas, vigorosas, que conviene guiar antes de que lignifiquen demasiado. Por ejemplo, ‘Aloha’, ‘New Dawn’, ‘Chrysler Imperial’, ‘Gertrude Jekyll’... Se deben eliminar las flores a medida que se vayan marchitando para estimular una reflora- ción continua. Tras la primera floración de primavera conviene realizar la poda de mantenimiento y el guiado (en el dibujo).

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