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Obtén abono en casa a partir de restos vegetales

El reciclaje de los restos orgánicos que generan el jardín y la cocina permite transformarlos en abonos y enmiendas de gran calidad para las plantas. Para ello se puede recurrir a distintos métodos de compostaje que se basan en procesos naturales en los que intervienen microorganismos o fauna útil como las lombrices.

Compostador de polipropileno de Bricomed, cuya puerta inferior permite extraer el compost acabado (izquierda). Vermicompostador Urbalive para instalar dentro de casa (derecha). Fotos: Bricomed y Digebis

Texto_ Gilberto Segovia, ingeniero técnico agrícola

El compostaje es un proceso de transformación biológica de los desechos orgánicos que permite obtener un producto fértil completo, estable y ecológico, un humus que además de aportar a las plantas todos los nutrientes necesarios de forma progresiva, mejora la estructura del suelo y con ello su aireación y capacidad de retención de agua. Para compostar basta apilar desechos orgánicos en un rincón del jardín o el huerto, pero con la ayuda de un compostador —un contenedor cerrado diseñado ex profeso, generalmente de plástico reciclado o metal, o hecho con tablas— se lleva a cabo de una forma más controlada, estable y rápida.

Para compostar basta apilar desechos orgánicos en un rincón del jardín o el huerto, pero mediante un compostador se lleva a cabo de una forma más controlada, estable y rápida.
Conviene que el compostador sea de un metro cúbico de capacidad como mínimo, y no ha de tener fondo para que los desechos estén en contacto directo con el suelo y puedan acceder a ellos los microorganismos y animales que activarán la descomposición. Debe contar también con una tapa para poder controlar el exceso o la falta de humedad. A falta de tapa, la pila de compost se ha de cubrir con tierra, mantillo, paja, o plástico negro de un saco de sustrato, para poder protegerla sobre todo del viento y la radiación solar. Tanto la pila como el compostador se deben ubicar en un lugar llano y en semisombra.

La disposición de los desechos

En la base, sobre el suelo, se debe depositar una capa de material que favorezca el drenaje y la aireación, por ejemplo ramas trituradas. A continuación, los desechos se deben disponer en capas alternas según su tipología, reducidos a pequeños fragmentos para agilizar el compostaje:

• Materiales húmedos o verdes: restos herbáceos que aportarán principalmente nitrógeno, que alimenta a las bacterias descomponedoras.

• Materiales secos o marrones: desechos ricos en lignina que aportarán principalmente carbono. Son estructurantes del compost, que impiden que se apelmace en exceso.

A modo de orientación: se han de mezclar dos partes de restos húmedos por cada parte de secos, aunque dependerá en gran medida de la naturaleza de los desechos. En el recuadro de abajo mencionamos qué desechos se pueden compostar y cuáles se han de descartar.

Lo ideal es completar la pila de una sola vez, lo que favorecerá el aumento de la temperatura que genera la fermentación que producen los microorganismos. Cuando la aportación de restos se hace de forma progresiva, el calor puede no ser suficiente para acabar con los patógenos y semillas presentes en la mezcla. Durante el compostaje la temperatura alcanza 35-65º.

Mover los desechos

La pila se ha de remover cada uno o dos meses con la ayuda de un aireador (una horca de jardín, por ejemplo) para evitar que se apelmace demasiado y favorecer el desarrollo y actividad de los microorganismos aerobios descomponedores. Debe mantenerse húmeda (no mojada). Si se ve seca será necesario darle un riego para humedecerla, sin encharcarla. Para acelerar el proceso existen productos específicos: los aceleradores del compost.

Cribar y utilizar

En unos 3-6 meses la mezcla habrá alcanzado un grado suficiente de compostación. Si está a temperatura ambiente, se ve de color oscuro, homogénea, húmeda (no rezuma agua) y con un agradable olor a tierra fértil, se ha de cribar con un cedazo o tamiz y dejarla lista para usar. Si no presenta estas características se considera que el compost no está maduro, le falta tiempo, y no se debe aplicar a las plantas.

El material poco descompuesto, que no pase la criba, se reutilizará en la siguiente pila, en la que actuará como un excelente acelerador al aportar gran cantidad de microorganismos.

A lo largo del proceso, si la mezcla de restos empezara a emitir un olor fuerte y desagradable se debe airear, volteándola y entremetiendo material seco y estructurante, como paja, ramitas trituradas, etcétera.

Puede ocurrir también que la pila se llene de moscas por la presencia de restos de frutas y hortalizas descompuestas o estiércol de herbívoros. No son perjudiciales, pero se pueden evitar enterrando profundamente estos restos entre los demás o tapándolos con unas paladas de tierra o compost.

Composta estos desechos...

Césped recién segado, hojas secas, paja, recortes de setos, restos de poda triturados, plantas en general, residuos vegetales crudos de la cocina, posos de café, cáscaras de huevo (con moderación; son especialmente útiles para subir el pH del compost si en la pila se han depositado cantidades importantes de acículas de pino, piñas o restos de poda de arizónicas), estiércol de herbívoros.

... y descarta estos otros

Desechos inorgánicos, químicos (o que hayan recibido tratamiento químico, como ciertas maderas, papel, cartón), plásticos, cenizas, textiles, restos de carnes, pescados, grasas y lácteos, productos precocinados, aceites, huesos, verduras cocidas, restos de poda que contengan espinas, plantas alelopáticas, plantas afectadas por enfermedades y hongos del suelo, excrementos de perros y gatos.


Para reciclar dentro de casa

Existen compostadores compactos que se valen de la acción de las lombrices (vermicompostadores) o de las bacterias anaerobias (bokashi) para reciclar los restos orgánicos de forma fácil y sin olores, incluso en la misma cocina de casa. El proceso suele ser más corto, y además de abono para las plantas produce también humus líquido, o té de humus, que se aplica diluido en el agua de riego.

• Vermicompostadores. Con la ayuda de algunos tipos de lombrices se genera humus utilizando principalmente restos de frutas y hortalizas. El compostador consta de una base impermeable con grifo para eliminar el líquido sobrante, una o varias bandejas superpuestas con la base perforada para las lombrices, y una tapa para conservar la humedad y evitar que entre luz. Los restos se van aportando según la capacidad de las lombrices para procesarlos. En la foto de arriba a la derecha, el modelo Urbalive.

• Bokashi. Es una técnica de origen asiático que funciona sin oxígeno (anaerobia). Se lleva a cabo en un recipiente donde los desechos (incluso carnes y lácteos) se mezclan con un activador específico (en la foto de abajo) y se comprimen para eliminar al máximo la presencia de oxígeno. Después de 12-21 días, el compost está listo para aplicarse a las plantas. El contenedor cuenta con un grifo para eliminar el líquido que genera el proceso, el llamado té de humus.

Fabricar compost en casa

Abonos orgánicos: el reciclaje de la vida

  • Compostador bokashi
    Compostador bokashi

    Los compostadores bokashi admiten incluso los desechos de origen animal. Se mezclan con un activador específico y en 21-21 días el compost está listo.
    Foto: Digebis

  • Un compostador de tablas
    Un compostador de tablas

    Para compostar los restos vegetales se puede montar un sencillo contenedor de tablas y situarlo en semisombra.
    Foto: Shutterstock

Reportaje completo nº 98 >> página 50