Descripción
La palabra albus que identifica esta especie alude a su cualidad más sobresaliente: los pequeños frutos blancos que se arraciman en sus delgadas ramas, donde permanecen hasta bien entrado en el invierno adornándolas cuando están desnudas. Esta especie sumamente rústica (hasta -40 grados), nativa del noreste de Norteamérica, y su variedad laevigatus, de la costa californiana (hasta -15 grados), conforman arbustos capaces adaptarse a un amplio rango de climas, entre ellos los de la Península, y a suelos incluso pobres, secos o arcillosos. Son plantas poco exigentes y de fácil mantenimiento, que no suelen sufrir problemas importantes de plagas o enfermedades. Su ritmo de crecimiento es entre rápido y moderado.
Estructura y follaje
Estos arbustos están formados por numerosas ramillas erguidas y colgantes, lo que les da un aspecto silvestre de plantas de matorral. Sus abundantes hojas pueden ser ovales o lobuladas en la misma planta; son de color verde medio y en otoño viran a un amarillo apagado. Las matas son redondeadas, de 1-2 m de altura y 1,5-2 de extensión, y tienden a colonizar el terreno mediante chupones.
Flores y frutos
En la primera mitad del verano emiten racimos de 10 a 20 pequeñas flores nectaríferas de un tono rosa claro y forma de campana, similares a las de las weigelas. Dan paso a drupas globosas lisas de aproximadamente un 1-1,5 cm de diámetro que a partir de septiembre pasan del verde pálido a un blanco puro. Son una fuente de alimento para diversas aves y otros animales, aunque aun así se mantienen largo tiempo en las ramas. Son tóxicas para los humanos.
Cultivo y cuidados
Si reciben suficiente sol producirán más flores y frutos, pero se adaptan a la semisombra e incluso la sombra. Prefieren los sustratos medianamente ricos, frescos y con buen drenaje, y los riegos moderados. Una vez establecidos toleran la sequía. La poda de limpieza de finales del invierno permite eliminar las ramas viejas, aclarar el interior de las matas y mantener la forma; cada 3-4 años se pueden podar las ramas (no más de un tercio) para rejuvenecerlos.
Usos
En borduras mixtas, setos libres y macetas. Se naturalizan con facilidad en las zonas boscosas abiertas. Pueden resultar útiles para el control de la erosión.
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