Descripción
Este arbusto dioico de hojas perennes se ha convertido en los últimos años en una presencia habitual como planta de Navidad. El rojo de las pequeñas bayas que lucen los ejemplares femeninos y de los capullos florales de los pies masculinos contrasta vivamente con el verde oscuro del follaje. Se trata de una especie rústica, originaria del sur y el este de Asia, que vive bien tanto en interiores como en terrazas y jardines.
Hojas y porte
La Skimmia japonica forma matas redondeadas y compactas que alcanzan entre 25 centímetros y 1,5 metros de altura, según el cultivar. Las hojas son coriáceas y satinadas, de un verde profundo en el haz y más claro en el envés. Son ovales o elípticas, de unos 8-10 centímetros de largo; desprenden un suave perfume cuando se frotan, pero son tóxicas. En algunas variedades, como la ‘Rubella’, adquieren una coloración rojiza en los márgenes en invierno.
Flores y bayas
En el caso de la Skimmia, la belleza está bien repartida, incluso a lo largo del año, entre los pies masculinos y femeninos. Las flores masculinas surgen en invierno en forma de panículas de pequeños botones rojos muy decorativos, que en primavera dan paso a flores estrelladas de color blanco crema, fragantes y melíferas. Las flores de los pies femeninos, en cambio, son insignificantes, pero a partir del otoño producen llamativos ramilletes de bayas rojas que duran varios meses (son tóxicas).
Cultivo y cuidados
La Skimmia japonica es oriunda de los bosques, por eso crece mejor en un sitio algo sombreado; los márgenes de las hojas de las plantas expuestas a pleno sol se decoloran. Prefiere un sustrato húmico, fresco, bien drenado y ligeramente ácido. Resiste las heladas y temperaturas de -12 grados (USDA 7-9) y tolera la contaminación. Sin embargo, no lleva bien la sequía —por lo que hay que vigilar el riego— ni las corrientes de aire fuertes. Para que el pie femenino produzca bayas es necesaria la presencia de un ejemplar masculino (en proporción 5 por 1). Las épocas ideales de plantación son el otoño y la primavera. Crece moderadamente y no necesita poda. En primavera conviene darle un fertilizante tipo Osmocote.
Foto: Mille d’Orazio