Descripción
Esa milenrama que crece silvestre en buena parte de la Península (es nativa de las zonas templadas de Eurasia) es una vivaz que ha dado lugar a plantas ornamentales óptimas para los jardines mediterráneos por su tolerancia al calor y el frío (-17º, zonas 7-10), la sequedad ambiental y la falta de agua una vez establecidas. Por sus corimbos planos y densos, formados por pequeñísimos capítulos (forma parte de la familia de las Asteráceas), y su follaje plumoso y ligero imprime a los jardines un aire informal. La floración empieza en verano y puede durar hasta noviembre, según la benignidad del clima. Su rizoma y estolones le permiten retoñar y propagarse formando un espeso tapiz cubresuelos. Es de fácil cultivo y muy resistente a las plagas y hongos.
Matas y follaje
Levantan apenas 15 centímetros hasta que emiten sus numerosas varas florales, que pueden alcanzar entre 0,50 y un metro de altura. Las hojas, finamente divididas (bi o tripinnatisectas), recuerdan las frondas de los helechos y suelen ser de un color verde fresco o agrisado.
Flores
Las cabezas florales están formadas por numerosos capítulos de 5 a 8 milímetros de diámetro. Son blancos o levemente rosados en la especie tipo, aunque la gama tonal se ha ampliado notablemente (ver el recuadro de la izquierda). Son perfumadas y atraen a las abejas y mariposas.
Cultivo y cuidados
Vive bien a pleno sol y en semisombra, incluso bajo la copa de los árboles. Prefiere los sustratos ligeros y frescos (con un cierto grado de humedad), pero se adapta a los secos, calizos, pobres e incluso arcillosos, siempre que drenen bien; no así a los pesados o muy húmedos. Debe recibir riego regular sobre todo el primer año. Cuando ha arraigado puede soportar algunas semanas sin agua (su código de sequía es 2,5 sobre 6). Se puede aportar abono orgánico (compost, humus de lombriz) en otoño o invierno, y mineral en primavera. Eliminar las flores marchitas incentiva la refloración. Por sus propiedades alelopáticas negativas dificulta la aparición de malas hierbas alrededor.
Usos
En borduras y macizos, en masas o mezcladas con otras vivaces y gramíneas. También en rocallas y tierras pobres. Como tapizante en taludes y pendientes, extensos incluso, cuya superficie es capaz de sujetar gracias a su rizoma.
Foto: Martina Dupuy