Descripción
Dentro del asombroso repertorio de formas vegetales de las suculentas, el Curio (antes Senecio) rowleyanus sorprende con sus largos collares de perlas, finos tallos guarnecidos de hojas modificadas en forma de minúsculas esferas que en su hábitat de origen se desarrollan a ras del suelo, pero cuyo efecto colgante la hace especialmente decorativa. Aunque es una vivaz rastrera, en jardinería se saca partido de su cascada de cuentas en ambientes de interior o exterior donde las temperaturas no bajen de 2º. Esta planta extremadamente sensible al frío es fruto de las condiciones de calor y sequía del sur de Namibia y el sudoeste del extremo austral de África. Apenas requiere cuidados y agua; el exceso de riego es precisamente su talón de Aquiles, sobre todo en otoño e invierno.
Plantas, hojas y flores
Los tallos son filiformes y pueden alcanzar un metro de largo; emiten raicillas en los nudos, lo que facilita la multiplicación por esquejes. Las hojas son muy abundantes y tienen la forma, el color y el tamaño de los guisantes (6-8 mm); la superficie es satinada y la surcan finas bandas traslúcidas (lee el texto en verde). En invierno, las plantas maduras pueden emitir flores en capítulo —los senecios pertenecen a la familia de las Asteráceas, como las margaritas o el diente de león— al cabo de un largo pedúnculo. Están formadas por florecillas blancas en las que sobresalen largos estambres púrpuras. Huelen a canela.
Cultivo y cuidados
Precisa un lugar muy luminoso —recibir unas horas de sol por la mañana le resulta muy beneficioso— y un ambiente ventilado, cálido y seco. El sustrato ha de ser pobre y seco, neutro o levemente calizo; es esencial que drene perfectamente y el tiesto tenga agujeros de drenaje, ya que le resulta muy perniciosa la acumulación de humedad a nivel de las raíces. No precisa mucho riego, puesto que las hojas le sirven como reservorio de agua. Para saber cuándo regar hay que esperar que el sustrato esté seco —se detecta fácilmente introduciendo un palillo de brocheta en la tierra—, y en ese caso introducir el tiesto en un cubo con unos dedos de agua para que se absorba por capilaridad; si el riego es por arriba se le debe dar agua hasta que salga por los agujeros de drenaje y luego dejar que escurra bien, sobre todo si la maceta se va a colocar dentro de un portatiestos estanco. Durante los meses más fríos, los riegos han de ser muy esporádicos. Le va bien recibir abono para cactus y suculentas con la periodicidad que indique el envase.
Usos
En tiestos altos o colgantes que permitan sacar partido de su efecto cascada.
Foto: Maja Dumat