Descripción
Endémica de las islas Hawai, donde está gravemente amenazada de extinción en su estado silvestre, la Brighamia insignis es una preciosa campanulácea con aspecto de palmera que se adapta muy bien a la vida dentro de casa. Sus grandes hojas de color verde tierno forman un cogollo en lo alto del tronco, del que sobresalen flores de color amarillo pálido al cabo de largos pedúnculos. Su período de floración abarca el otoño y el invierno. Los ejemplares en contenedor suelen tener entre 50 y 70 centímetros de altura; en el suelo del jardín puede alcanzar fácilmente los dos metros.
Hojas y tronco
Las hojas de la palmera hawaiana son perennes (aunque puede perderlas en caso de mucho frío o falta de agua), semicarnosas y grandes: miden entre 12 y 20 centímetros de largo y entre cinco y ocho de ancho. Exhiben nervaduras claras sobre un tierno color lechuga. El follaje surge en el extremo del tronco en forma de roseta. El tronco tiende a ensancharse en la base; en la parte superior luce las cicatrices blancas que dejan las hojas al desprenderse (deben eliminarse en cuanto amarillean).
Flores
Las delicadas flores de la Brighamia insignis son de un tenue color amarillo y exhalan una suave fragancia que recuerda a la madreselva o el azahar. Son tubulares, con cinco pétalos acabados en punta.
Cultivo
Necesita un lugar luminoso en sombra parcial y un suelo bien aireado y con buen drenaje, que impida el encharcamiento; las partículas de carbón vegetal mezcladas con la tierra son de gran ayuda, al igual que los sustratos para cactus o crasas. El tronco y las hojas le permiten reservar agua, de modo que debe evitarse el exceso de riego: se le debe administrar su moderada dosis de agua cuando el sustrato se vea ligeramente seco; en verano precisará riegos más frecuentes.
Cuidados
Si el lugar donde vive es muy seco y caluroso puede ser atacada por la araña roja; conviene revisar el envés de las hojas sobre todo en verano. Responde muy bien a la aplicación mensual de fertilizantes foliares, o de abonos de liberación lenta dos veces al año. Le gusta el nitrógeno, y el fósforo incentiva la floración (aplicar en junio).
Foto: Jason Sturner