Descripción

Las llamadas orquídeas pensamiento —por la forma redondeada y la disposición de los pétalos y sépalos, semejantes a las flores de la popular Viola tricolor— son propiamente Miltoniopsis y no Miltonia. No obstante, por una confusión que se mantuvo hasta finales de los años 70, aún hoy es habitual encontrar híbridos de Miltoniopsis con el nombre Miltonia, el género que al inicio englobaba a todas estas orquídeas sudamericanas. Sin embargo, ese nombre corresponde propiamente a las nativas de las cálidas selvas de Brasil, Paraguay y noreste de Argentina, mientras que Miltoniopsis comprende las cinco especies epífitas procedentes de las selvas nubosas de montaña de Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Costa Rica, zonas altas, más frías y menos luminosas, lo cual determina unas exigencias de cultivo diferentes. Emiten sus perfumadas flores entre finales del verano y el otoño, e incluso en invierno en algunos casos. Lucen tanto en solitario como en colecciones y grupos de macetas.

Plantas, hojas y flores

Las plantas miden unos 20-30 cm y están dotadas de finas raíces blancas, pseudobulbos ovoidales aplanados y hojas largas y delgadas. En las flores predominan los colores rosados, desde el más pálido al más intenso, además del blanco y los púrpuras, en una gama que llega al morado; el labelo, el pétalo diferenciado típico de las orquídeas, exhibe una mancha amarilla de mayor o menor tamaño, acompañada en numerosos híbridos de un singular patrón de dibujos (líneas blancas sobre rosa en la foto). Suelen medir unos 5-8 centímetros y pueden durar más de un mes.

Cultivo y cuidados

Las Miltoniopsis no necesitan mucha luz; un leve matiz rosado en las hojas es señal de que están recibiendo la cantidad correcta; si se vuelven rojizas o amarillentas, es excesiva. Exigen un ambiente ventilado, templado y con un 70% de humedad. La temperatura no debe superar los 26º ni bajar de 12º. El sustrato ha de mantenerse siempre ligeramente húmedo; las arrugas en acordeón de las hojas nuevas revelan falta de agua o humedad ambiental. Tanto la sequedad como el exceso de agua resultan perjudiciales para sus finas raíces. Para saber cuándo regar, lo más eficaz es detectar el grado de humedad tocando el sustrato con el dedo o introduciendo un palillo de brocheta. Son muy sensibles a la acumulación de sales en el tiesto, por lo tanto lo más indicado es regarlas con agua desmineralizada o de baja mineralización y ducharlas una vez al mes para que el agua las arrastre al drenar. Aprecian los aportes quincenales de abono para orquídeas en dosis diluidas a la mitad de la primavera al otoño y a la cuarta parte en invierno. Cuando se hayan caído las flores deben ser trasplantadas a un tiesto nuevo (mejor si es de plástico) de pequeño tamaño y con buen drenaje, con el fin de renovarles totalmente el sustrato.

Foto: Hanako