Descripción
Es la planta de interior de moda: pequeña (unos 30 centímetros), de hojas llamativamente redondas, carnosas y de un color verde brillante, en las que las nervaduras marcan su relieve y sutiles motas más claras se dejan ver al trasluz en todo el haz. A realzar su atractivo contribuyen sus largos pecíolos y su armónica estructura. El nombre común de planta china del dinero ha contribuido a sumar adeptos ilusionados con que la Pilea peperomioides acreciente su fortuna. Por todo ello y su fácil cultivo, esta planta se ha convertido en el comodín verde ideal para cualquier rincón luminoso dentro de casa o un patio protegido del sol en el sur de España y Canarias (zonas 10-11). Es de muy lento crecimiento.
Hojas
Las bellas hojas orbiculares de esta planta tienen además la singularidad de ser peltadas, es decir que el pecíolo no se une por el borde sino en un punto del envés y de forma perpendicular, tal como sucede, por ejemplo, con las de la Begonia rex. De este modo, las hojas se elevan unas junto a las otras como si fueran pequeños platillos chinos.
Flores
En determinadas condiciones y tras pasar un periodo de frío relativo puede emitir en primavera diminutas florecillas blancas. Surgen de botones florales rojizos distribuidos a lo largo de finos y ramificados tallos del mismo color.
Cultivo y cuidados
Debe situarse fuera del sol directo para evitar que el follaje se queme o amarillee. Para que la planta conserve su silueta redondeada será necesario girarla una vez a la semana. El ambiente debe ser fresco y luminoso para que conserve un buen número de hojas y los pecíolos no se ahílen. Necesita un sustrato humífero, suelto y bien drenado, y se debe regar dejando que la tierra se seque entremedias; es importante que no se acumule agua en la base del tiesto. Conviene darle abono para plantas verdes o humus líquido cada 15-30 días. Las pulverizaciones con agua, sobre todo en verano, la refrescarán y evitarán que se acumule polvo en las hojas, que en todo caso se deben limpiar con un paño humedecido con agua jabonosa, nunca con abrillantadores. Puede verse afectada por la cochinilla cerosa y algodonosa, que deben retirarse a mano. Se reproduce fácilmente, ya sea separando los hijuelos basales o por esquejes; en este caso se debe dejar el pecíolo de unos dos centímetros de largo y enterrarlo en un sustrato con turba.
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