Planta árboles con sus setas
¿Quieres recolectar setas en tu propio jardín? Es tan fácil como adquirir árboles micorrizados, es decir, portadores de los micelios de níscalos, boletus o trufa negra en sus raíces… También puedes aplicar este tratamiento en los árboles que ya tienes. Además, los ejemplares se mantendrán más fuertes y saludables.
Los boletus crecen al pie de árboles de hoja caduca como los robles (Quercus robur) y castaños (Castanea sativa). Copyright: Hifas da TerraCada tipo de seta crece al pie de árboles determinados: los Boletus edulis, Boletus pinophilus y Boletus erythropus o las carboneras (Russula cyanoxantha y Rossula virescens), de especies frondosas como los castaños, robles, abedules y hayas. Los níscalos o robellones (Lactarius deliciosus), pero también las setas del género Boletus, al pie de coníferas como el abeto de Douglas y los pinos negro, silvestre, marítimo, insigne o piñonero. La trufa negra (Tuber melanosporum), por su parte, crece entre las raíces de encinas, quejigos y avellanos en terrenos calizos (pH igual o superior a 7).
Árboles micorrizados
Los árboles producen setas gracias a la micorrización, un fenómeno natural que consiste en la asociación simbiótica de un hongo y un árbol en beneficio mutuo. El hongo se une a las raíces y forma un órgano nuevo llamado micorriza, que resulta positivo para el árbol porque aumenta su capacidad para absorber minerales, nutrientes y agua, y le aporta antibióticos naturales que lo protegen de otros hongos dañinos (como la tinta y el chancro), bacterias e insectos que atacan las raíces.
El hongo, por su parte, se alimenta de los hidratos de carbono que fabrica la planta. Este es el proceso que Hifas da Terra ha conseguido reproducir artificialmente mediante geles compuestos por esporas y micelios —filamentos que crecen cuando germina la espora— de cada tipo de hongo. Su departamento de I+D+i cuenta con uno de los mayores expertos en la materia, el doctor Francisco Javier Fernández de Ana Magán, autoridad en patologías forestales y responsable del primer estudio sobre micorrizado publicado en España.
Los arbolitos micorrizados necesitan ser plantados en suelos profundos. Para que en el futuro puedan rendir todo su potencial en la producción de setas silvestres (y ecológicas), conviene añadir en el hoyo de plantación un sustrato micorrícico mezclado con abono orgánico. Realizar un transporte cuidadoso y mantener las raíces protegidas del sol y la desecación son dos precauciones esenciales.
En terrenos húmedos es importante impedir que el cuello de la raíz quede cubierto por la tierra para evitar el efecto nocivo del exceso de humedad. En los secos, por el contrario, es bueno excavar un alcorque para aprovechar mejor el agua de riego. Los árboles micorrizados necesitan riego una vez a la semana durante los periodos más cálidos del año.
Muchos kilos de boletus al año
Los árboles jóvenes suelen tardar entre seis y diez años en producir setas. Ten en cuenta que se venden por lo general con uno a tres o cuatro años de vida. Si, en cambio, aplicas gel de micorrización en árboles adultos lo habitual es que solo tengas que esperar entre 18 y 36 meses para empezar a cosechar.
En condiciones óptimas de tierra, plantación y mantenimiento, la producción de setas alrededor del tronco suele ser abundante. Una hectárea de castaño, por ejemplo, puede dar más de 200 kilogramos anuales de Boletus edulis, y además optimizar la cosecha de castañas hasta las cuatro toneladas por temporada. Y es que junto con la producción de setas, el fortalecimiento del árbol que implica la micorrización se traduce en un crecimiento más rápido y una mayor resistencia a las enfermedades y a los rigores del clima. Por lo tanto, aumenta su rendimiento en madera y frutos como piñones, bellotas o castañas.
Agradecemos a Hifas da Terra su colaboración en este artículo.