ÂżQuieres color? ÂĄDipladenias!
Incesantemente, desde la primavera hasta la cada vez más tardía llegada del invierno, o el año entero en las regiones de clima suave, las flores de las dipladenias irradian vibrantes rojos, dulces rosados o un luminoso blanco en las terrazas y balcones. Su adaptabilidad a la vida en maceta, su facilidad de cultivo y su tolerancia al calor e incluso a breves períodos de sequía explican su creciente popularidad. España es el principal productor en Europa de estos fiables cultivares de Mandevilla hybrida que se exportan a todo el continente.

Una vigorosa trepadora que se adapta a la vida en maceta
La dipladenia es una planta trepadora que puede decorar fachadas y celosías con tallos de hasta 9 m de altura. Sin embargo, se adapta perfectamente a la vida en una maceta o en un tiesto colgante, en los que desarrollará una altura acorde al espacio de que dispongan las raíces y a la poda a la que se sometan los tallos. El rojo, en un arco de tonalidades más vivas o profundas, es el color que mejor realza la textura aterciopelada de las flores. En las fotos de abajo verás ejemplares de ‘Rio Dark Red’ y ‘Rio Hot Pink’, de porte semicompacto y buena ramificación en forma de tallos cortos y erguidos.
Del rojo más intenso al coral y el rosa en una inigualable floración
En las terrazas y patios, la abundancia floral de las dipladenias no tiene rival. En las fotos de abajo, cultivares de flores rojo coral y rosadas con la garganta amarilla de la serie ‘Rio Elegant’.
Cómo cuidar las dipladenias
Las dipladenias, o mandevillas, toleran bien el calor e incluso la falta de agua y la sequedad ambiental si no se prolongan demasiado. Si la temperatura baja de 12º será preciso llevarlas a un sitio protegido.
• Al aire libre: lo ideal es ofrecerles una sombra ligera pero muy luminosa para que produzcan muchas flores. Las que se cultivan como trepadoras precisarán un soporte donde sujetar sus tallos volubles. En las zonas sin heladas se pueden plantar en el jardín.
• En interiores: pueden vivir en ambientes de interior siempre que cuenten con mucha luz natural y se protejan de las corrientes de aire.
• Riego: requieren riego constante mientras están en flor, siempre dejando que el sustrato se seque ligeramente entremedias. Las pulverizaciones frecuentes con agua contribuyen a su bienestar en los meses más cálidos y secos y a la vez mantienen a raya a los ácaros. De noviembre a febrero solo se deben regar esporádicamente.
• Abono: entre febrero y septiembre necesitarán aportes periódicos de nutrientes para florecer de forma abundante y continua. Los centros de jardinería ofrecen una amplia gama de abonos adecuados.
• Poda: para que las dipladenias conserven una forma arbustiva se pueden recortar los tallos y conseguir así un aspecto más compacto. Se aconseja no podarlas durante los meses más fríos del año: diciembre y enero. De los cortes emana un látex que puede causar irritaciones en la piel. No es preciso eliminar las flores marchitas.
• Trasplante: el trasplante a una maceta mayor debe hacerse en otoño.
Más información:
• Miles de flores para el verano
• Ficha Mandevilla sanderi