Lirios barbados: ‘alta costura’ en el jardÃn (2ª parte): cuidados
Los lirios barbados son plantas resistentes, de bajo mantenimiento y con pocas exigencias de suelo y agua, ideales para el clima mediterráneo. Pero su cultivo tiene peculiaridades que es necesario conocer para sacar el máximo partido a su espectacular floración.
En el iris ‘Barbe Noir’, los pétalos blancos contrastan con los sépalos azul violeta oscuros. Las barbas son amarillo oro. Este iris, lanzado por Cayeux en 2013, cosechó un importante premio en Francia en 2015. Foto: CayeuxLos secretos de cultivo de los lirios
• Plantación: Lo ideal es entre agosto y octubre para que los ejemplares puedan establecerse antes del invierno y asegurar la floración de primavera. Una vez obtenidos los rizomas se han de enterrar cuanto antes.
• Suelo: Lo adecuado es un suelo permeable y bien drenado, neutro o calizo. El terreno se ha de remover profundizando unos 20 centímetros y eliminar las malas hierbas. El rizoma debe quedar prácticamente a nivel del suelo, a un centímetro de profundidad, y regarse inmediatamente para apisonar la tierra y conseguir que se adhiera a las raíces. Si el suelo es compacto será preciso añadir materia orgánica y semienterrar el rizoma en un pequeño montículo para evitar que el agua se acumule al pie de la planta.
• Riego: El suelo debe mantenerse húmedo (no empapado) hasta que el rizoma enraíce. El exceso de agua puede causar la podredumbre del rizoma. En verano, estos lirios se comportan como una planta de bajo riego.
• Abono: El célebre productor de lirios Cayeux recomienda un abono completo y bajo en nitrógeno, de preferencia organomineral para una acción prolongada, según las fórmulas 6-8-12, 7-5-12 o 4-6-10. Se debe aplicar en el momento de la plantación y en marzo, o en marzo y cuando haya concluido la floración.
• Tras la floración: Una vez secas las flores, el tallo floral se debe cortar a 10 centímetros del suelo. Las hojas se han respetar y, en todo caso, recortarlas a partir de finales de septiembre.
• La división del rizoma: Se trata de una operación clave para contener las tendencias invasoras de los lirios y al mismo tiempo rejuvenecerlos y procurarles el espacio que necesitan. Cada tres o cuatro años, cuando se observe que disminuye el número o el tamaño de las flores, habrá que desenterrar los rizomas y dividirlos. Se deben arrancar las plantas con la ayuda de los garfios de un escardillo, separar los rizomas, eliminar el centro de la mata y escoger las secciones de rizoma más fuertes del contorno. Se han de recortar un poco las raíces y las hojas (dejándolas en forma de flecha) y plantarlos enseguida. Los lirios en maceta se deben dividir cada dos años aproximadamente.
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