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Pino de Norfolk: del PacĆ­fico a tus ventanas

Esta pequeña araucaria de airosa silueta de pisos que hoy forma parte de los más luminosos jardines de interior es una de las escasas coníferas que se pueden cultivar de puertas adentro. Por su follaje ligero parece flotar sobre las macetas.

El fino ramaje del pino de Norfolk dibuja una silueta cĆ³nica con pisos de cinco ramillas prĆ”cticamente horizontales. Foto: Flower Council of Holland

En su tamaño para tiestos, esta conífera puede medir apenas 25 cm y rara vez superar el metro de altura. Pero en su hábitat nativo de la isla de Norfolk, en el Pacífico Sur, suele alzarse entre 50 y 65 m. No es un pino, aunque se le parezca, sino una araucaria endémica de esta isla de apenas 34 km de largo descubierta en 1774 por el legendario capitán Cook. Es propiamente una Araucaria heterophylla*, cuyo nombre específico hace referencia a lo heterogéneo del follaje entre las plantas nuevas y las maduras.

A su aire ligero y al verde brillante de los brotes, que se va oscureciendo con el tiempo, se suma su estructura cĆ³nica de pisos.
En los ejemplares jóvenes, que son los que se cultivan en maceta, el follaje está formado por finas ramillas guarnecidas de agujas pequeñas, blandas y finas en forma de púa. A su aire ligero y al verde brillante de los brotes, que se va oscureciendo con el tiempo, se suma su estructura cónica de pisos: el follaje se distribuye sobre ramas prácticamente horizontales que surgen de a cinco en un mismo nudo, simétricamente distribuidas como los radios de un pentágono, muy separadas en distintos puntos del tronco.

Como planta de interior, la también llamada Araucaria excelsa no solo es bonita, además contribuye a purificar el aire de sustancias nocivas. Es ideal para situarla en grupos de varios ejemplares junto a un ventanal que les proporcione la abundante luz que necesitan y cuyas vistas tamizarán sin interrumpirlas.

En las costas libres de heladas

La característica silueta del pino de Norfolk permite distinguirlo en los jardines de las costas mediterránea y atlántica libres de heladas, donde se cultiva en solitario o formando pantallas cortavientos. Soporta bien el aire marino y gusta de los suelos profundos, medianamente fértiles, frescos y porosos.

Cuidados para una larga vida dentro de casa

Excepto en las áreas costeras donde el termómetro rara vez baja de -1º (zonas 10-11), el pino de Norfolk solo se puede cultivar en interiores y siempre que se le proporcionen mucha luz y humedad ambiental. Es una planta de lento crecimiento y mantenimiento sencillo.

• Dónde situarlo: Precisa un sitio muy luminoso, pero fuera del sol directo, y libre del calor y la sequedad que produce la calefacción y causan el amarilleamiento del follaje y la caída de las agujas. Hay que recordar que proviene de una isla del Pacífico Sur, por lo tanto es esencial procurarle un ambiente húmedo y temperaturas que en la medida de lo posible se mantengan entre los 17 y los 22º y no bajen de 10º. El ejemplar se debe girar de forma periódica para evitar que se incline buscando la luz. No se aconseja quitar el tutor que trae del vivero.

• Cómo y cuánto regarlo: Se debe regar de tal forma que el sustrato se mantenga fresco, es decir, con un cierto grado de humedad, y nunca se seque del todo. Acusa tanto la sequedad como el exceso de agua, que también provoca la caída del follaje. Lo ideal es regarlo por inmersión sumergiendo la base del tiesto en un cubo con unos dedos de agua. Antes de hacerlo se debe comprobar el grado de humedad del sustrato introduciendo un palillo de madera o la punta del dedo.

• Qué abono darle: Conviene aportarle abono líquido para coníferas o acidófilas diluido en el agua de riego con la frecuencia indicada en el envase, excepto en los meses más calientes y fríos del año.

• Plagas a vigilar: Pueden afectarlo las cochinillas y la araña roja.

• Renovación del sustrato: Su suelo ideal es fértil, fresco, arenoso y con algo de turba que le aporte porosidad y un pH ácido (4,5-5,5). Al final del invierno agradece que se le renueven los primeros 3-5 cm, según el tamaño del tiesto, de la capa superficial del sustrato.

• Cambio de maceta: En cuanto asomen raíces por los agujeros de drenaje será necesario trasplantarlo en primavera a un tiesto una medida mayor. De paso se le puede renovar todo el sustrato posible.

Más información en la ficha.

* Cuenta con el Award of Garden Merit de la Royal Horticultural Society.

  • La luz de un ventanal
    La luz de un ventanal

    Esta araucaria precisa mucha luz, como la que recibe de este ventanal.
    Foto: Flower Council of Holland

  • PequeƱas pĆŗas blandas
    PequeƱas pĆŗas blandas

    Agujas blandas en forma de pĆŗa de las ramas jĆ³venes.
    Foto: Flower Council of Holland

Reportaje completo nº 102 >> página 40