Descripción
La andrómeda es una de las más bellas ericáceas, familia que comparte con el brezo, los rodondendros y los madroños, entre otras plantas con predilección por los suelos ácidos. El follaje es persistente, usualmente verde o variegado, aunque las hojas nuevas son asalmonadas o anaranjadas (Pieris japonica ‘Flaming Silver’*) o rojo vivo (Pieris formosa ‘Wakehurst’*, fotografiada en el Real Jardín Botánico de Madrid). Entre abril y mayo emiten largas panículas por lo general colgantes, formadas por una profusión de florecillas blancas. Toleran un amplio rango de temperaturas e incluso el frío intenso (-29º, zonas 5-10), pero sufren con la sequía y la falta de humedad en el suelo. Crecen muy lentamente y pueden desarrollar entre 0,5 y cuatro metros de altura.
Porte, estructura y follaje
El abundante follaje coriáceo oculta el ramaje fino de estos arbustos o arbolitos de porte esbelto y aspecto denso. Sus lustrosas hojas son alargadas (miden entre tres y diez centímetros), acabadas en punta y con los márgenes levemente dentados. Son plantas tóxicas en todas sus partes.
Flores y frutos
Los botones florales se forman al final del verano y se abren a mediados de la primavera. Según la especie o cultivar las panículas pueden ser más o menos copiosas y medir entre 5 y 15 centímetros de largo. Las florecillas tienen forma de urna y textura cerosa, como las del madroño, y pueden ser blancas, crema, rosadas o púrpuras. Son nectaríferas. Deben eliminarse apenas se marchitan.
Cultivo y cuidados
En nuestras latitudes es preferible situar las andrómedas en sombra parcial, a salvo de los rayos directos del sol del mediodía y la tarde. También toleran la sombra, aunque dan menos flores. Necesitan ser protegidas de las heladas en invierno, sobre todo en los primeros años. Su sustrato ideal es ácido, moderadamente fértil, rico en humus, bien drenado y capaz al mismo tiempo de conservar cierto grado de humedad. Deben regarse con moderación, evitando el encharcamiento. No requieren abono, excepto orgánico una vez al año. Una vez establecidas se pueden podar ligeramente, si fuera preciso, para mantener la forma.
Usos
En masas, grupos o mezcladas con otras acidófilas, como las azaleas, rododendros, madroños... a la sombra de árboles caducifolios de buena altura. También en maceta.
* Cuentan con el Award of Garden Merit de la Royal Horticultural Society por sus cualidades jardineras.
Foto: Mille d’Orazio