Descripción
‘Winter Flame’, ‘Winter Beauty’, ‘Winter Fire’ (en la foto) son los nombres de algunas variedades del Cornus sanguinea, o cornejo rojo, arbusto cuyos tallos desnudos lucen un intenso color de fuego —coral, escarlata, púrpura— en medio del gris invernal. Lo mismo ocurre con el Cornus alba, o cornejo común, cuya variedad ‘Sibirica’ exhibe, además, ramilletes de bayas blancas. Estos arbustos suelen ser de porte erecto o arqueado; alcanzan entre 1,5 y cuatro metros de altura y crecen con bastante rapidez.
Hojas y tallos
Las hojas, ovales, son generalmente verdes, aunque en algunos cultivares, como Cornus alba ‘Aurea’, son amarillo limón. También pueden ser variegadas: con bordes blancos, como en el ‘Elegantissima’, o con ribetes amarillos, como en el ‘Gouchaultii’. El follaje se vuelve entre rojizo y anaranjado en otoño antes de caer y dejar al descubierto unos finos tallos pubescentes de un color rojo más o menos vivo según la variedad. Ver artículo La belleza está en el tronco, en Verde es Vida nº 65, página 32, o en la web.
Flores y frutos
La floración, a finales de la primavera, no es significativa en estas especies. En otoño lucen ramilletes de bayas blancas o negro-azuladas más o menos decorativas; no son comestibles.
Cultivo y cuidados
Se plantan en otoño y hasta finales del invierno. Aceptan cualquier tipo de suelo, incluso calcáreo, siempre que sea fértil y fresco. Pueden situarse a pleno sol o en semisombra. Los Cornus sanguinea se queman con el sol fuerte y sufren con la sequedad. Dado su origen —Siberia y Manchuria—, el C. alba es capaz de soportar fríos intensos (-25 grados). La poda favorece la aparición de tallos jóvenes, que son los que exhiben el color más intenso; debe practicarse a finales del invierno casi al ras del suelo.
De interés
Son arbustos vigorosos, muy apropiados para plantar en grupos o formar setos libres.
Foto: Basswulf