Descripción
Durante el otoño y el invierno tiene su momento estelar este arbusto de creciente popularidad sobre todo en patios y terrazas: los racimos cargados de pequeñas bayas rojas coinciden con el cambio de coloración del follaje hacia tintes anaranjados y rojizos por efecto del frío (en la foto). Son plantas esbeltas, de aire ligero y largos tallos con cierto aspecto de caña, en los que se insertan hojas compuestas por pequeños foliolos alargados y acabados en punta. Bambú sagrado es su nombre común por su parecido a esta planta, aunque no tienen ninguna relación botánica (la nandina es una Berberidácea). Una vez establecida, esta nativa de Japón y China resiste el frío, el calor fuerte y la sequía. Se considera de bajo mantenimiento y crece lentamente.
Matas y follaje, flores y frutos
Las matas están formadas por un haz de tallos rectos no ramificados de 1,50-2 metros de altura, de los que surgen casi de forma horizontal los largos pedúnculos de las hojas. El resultado es una silueta tan vertical como globosa. Entre julio y agosto produce panículas de diminutas flores blanquecinas que dan paso a llamativos racimos de pequeñas bayas rojas que permanecen en las plantas hasta la primavera. Son tóxicas. La fructificación es especialmente abundante en los cultivares ‘Umpqua Chief’ y ‘Richmond’. Existen cultivares interesantes solo por su follaje y son de porte menor (ver recuadro de la izquierda).
Cultivo y cuidados
Vive a gusto a pleno sol o en semisombra; admite la sombra pero el follaje se colorea menos. Se adapta a una amplia gama de suelos, aunque con preferencia por los ricos, humíferos, con un cierto grado de humedad (frescos) y buen drenaje; lo ideal es un pH neutro o ligeramente ácido (la alcalinidad puede provocarle clorosis). Agradece los riegos moderados regulares. Tal vez lo único que pueda aniquilar a una nandina sea el exceso de agua en el sustrato, ya que no suele verse afectada por plagas o enfermedades. Es perennifolia pero responde al frío intenso o a la sequía perdiendo el follaje; si el rizoma no se ha visto afectado vuelve a brotar en cuanto mejoran las condiciones. No necesita poda, salvo de limpieza si se han secado los tallos o las hojas se ven despobladas de foliolos. Agradece el aporte de abono orgánico a finales del invierno.
Usos
Como ejemplar aislado (lo ideal es procurar que haya alguno cerca para asegurar una polinización cruzada y una buena fructificación) y en alineaciones, incluso formando setos libres. Vive bien en maceta y contenedores.
Foto: Shutterstock