Descripción
Inflorescencias en forma de espigas de color añil (cultivar ‘Reference’), azul violáceo (‘Victoria y ‘Rhea’, más oscuro todavía), azul y blanco (‘Strata’) o solo blanco (‘Ivoire’, ‘Alba’, ‘Silver’) distinguen a la salvia farinácea, una especie anual que forma matas que alcanzan entre 50 y 60 centímetros de altura. Es originaria de México y Texas, de modo que tolera la sequía; esta cualidad, su capacidad para adaptarse a todo tipo de suelos y su rusticidad la hacen apta para la xerojardinería.
Hojas
Las matas son densamente ramificadas; los tallos son de textura harinosa, de ahí el nombre de la especie. Es caducifolia y presenta hojas alargadas, simples y opuestas, de color verde azulado. En algunos cultivares el follaje es más agrisado o incluso blanco plateado (‘Ivoire’).
Flores
Durante todo el verano y hasta la mitad del otoño brinda inflorescencias en forma de espigas, formadas por flores bilabiadas que atraen a las abejas, mariposas y pájaros. Para potenciar la floración conviene suprimir las flores marchitas.
Cultivo y cuidados
La salvia farinácea necesita sol para florecer en abundancia y un sustrato bien drenado, mejor si es rico y fresco; el pH le resulta indiferente. Prefiere los climas moderados, pero soporta temperaturas de -10 grados (USDA 8-10) y es muy resistente a la sequía. Los riegos han de ser profundos, pero espaciados. Debe plantarse en primavera en tierra mezclada con mantillo, con una separación de 30 centímetros entre ejemplares. Vive bien en tiestos y contenedores. En invierno pierde toda la parte aérea, por lo que se cultiva como anual.
De interés
La salvia farinácea compone densos y bellos macizos en solitario o en mezclas informales con especies de colores contrastantes, sobre todo de color amarillo o anaranjado, como rudbeckias, lantanas
Foto: Mauricio Mercadante