Descripción
La singularidad de este arbolito xerófito es su tronco en forma de redoma o pata de elefante, del que se vale como órgano de reserva de agua (cáudice). Este rasgo vital para su supervivencia en la zona de Centroamérica de la que es oriundo ha sido su pasaporte a los jardines en las regiones cálidas y secas (zonas 9-11) o a los interiores luminosos en las más frías. Ese tronco de color marrón grisáceo contrasta con las largas hojas acintadas que surgen en el extremo superior haciendo de la Beaucarnea recurvata una planta muy decorativa. Se trata de una especie semisuculenta que puede soportar la falta de agua y las heladas de hasta -7º. Crece lentamente, sobre todo al inicio, y es de fácil cultivo.
Tronco y hojas
La parte baja y gruesa del tronco tiende a cuartearse o estriarse a medida que la planta envejece. Los ejemplares que encontrarás en el centro de jardinería se podan de forma que las hojas surjan de varios puntos en el extremo del tronco (en la foto) para poder aprovechar la tendencia a curvarse de su follaje perenne y conseguir un efecto de fuente o penacho. Los ejemplares más añosos tienden a ramificarse y pueden alcanzar entre cuatro y ocho metros de altura. Las hojas son largas cintas coriáceas de color verde vivo, con los márgenes cortantes; en los ejemplares grandes pueden medir entre 1 y 1,5 metros de largo y cubrir como una abundante cabellera buena parte del tronco.
Flores
En verano, los ejemplares adultos emiten panículas erectas que pueden superar un metro de longitud, formadas por pequeñas flores de color crema. Dan paso a minúsculos frutos que contienen semillas.
Cultivo y cuidados
El sol es imprescindible para esta especie, así como el calor. Si se cultiva dentro de casa es preciso asegurarle sol directo o una gran cantidad de luz, y un lugar cálido y bien ventilado incluso en invierno. Es clave que el sustrato drene bien y sea preferentemente ácido, como el específico para cactus y crasas. El riego es un factor clave: ha de ser escaso en verano, dejando que la tierra se seque entremedias, y nulo en invierno. Las hojas deben ser pulverizadas con agua durante los meses más cálidos para evitar que se les sequen las puntas. Si se cultiva en un tiesto, ha de ser estrecho; al ser de lento crecimiento no requiere trasplantes frecuentes, pero si se hace es muy importante no dañar las raíces.
Foto: Flower Council of Holland