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Fichas de plantas

Consulta las características y cuidados de las plantas ornamentales

Zonas 10-11: soporta hasta 10º
Luminoso, fuera del sol directo
Sustrato humífero, ácido, bien drenado
Riego regular moderado
Follaje perenne
Floración: mayo a octubre
Drupas en otoño e invierno
FRUTOS DE COLOR ROSA, CREMA O SALMÓN
En sus hábitats de origen en las zonas subtropicales de Asia, la Ardisia crenata crece bajo los árboles formando un denso sotobosque. Como ornamental ha dado pie a numerosos cultivares: pocas plantas de interior producen frutos tan decorativos, así que, además del escarlata originario, se han conseguido frutos de color crema o de una intensa tonalidad rosa o salmón. Últimamente se han desarrollado variedades más compactas (como en la foto de arriba), con mayor cantidad de hojas y frutos. La ardisia no solo cumple un papel en la decoración navideña —desde septiembre suele estar disponible en los centros de jardinería—, también en la del Año Nuevo de Japón, donde rivaliza con la A. japonica, un arbusto de porte bajo que también produce drupas rojas. En el sudeste húmedo y cálido de EEUU, la ardisia se ha convertido en una especie invasora.
Plantas de interior

Ardisia crenata

Ardisia

Descripción

Navideña por sus racimos de drupas rojas tan parecidas a las bayas del acebo, la Ardisia crenata es, sin embargo, un arbusto tropical que, excepto en las zonas sin heladas, se puede cultivar únicamente dentro de casa. Además de lucir coloridos y abundantes frutos en los meses más fríos del año, hace gala de un abundante follaje perenne en forma de largas y brillantes hojas coriáceas verde oscuro, y emite pequeñas flores blancas suavemente perfumadas en primavera. Crece lentamente, es fácil de mantener y puede vivir muchos años.

Estructura, follaje, flores y frutos

Ideales para maceta, los ejemplares suelen alcanzar entre 40 y 1,50 cm de altura. Tienen un único tallo, rectilíneo y poco ramificado, donde el follaje se inserta formando una espesa corona. Las hojas, muy decorativas, lucen márgenes crenados ­­—como refiere el apelativo crenata—, es decir, festoneados (en la foto superior). Las flores, pequeñas estrellas de cinco pétalos, asoman desde abajo del follaje reunidas en densas umbelas que darán pie a una verdadera gola de drupas con un diminuto hueso en el interior. Son pequeñas y esféricas, de apenas 0,5-0,65 cm de diámetro; empiezan siendo amarillas y su vivo color escarlata va oscureciéndose a medida que envejecen. No son comestibles ni por humanos ni animales. A falta de polinizadores naturales, en el cultivo de puertas adentro será preciso polinizar las flores a mano con la ayuda de un pincel suave.

Cultivo y cuidados

Para florecer y fructificar necesita un lugar luminoso pero fuera del sol directo. Los frutos persisten si disfruta de un rango de temperaturas de 15-20º. El calor fuerte, el frío y el aire seco le resultan muy perjudiciales; sufre si el termómetro supera los 30º o baja de 10-12º. Se debe regar de forma que el suelo se seque ligeramente entremedias, con mayor frecuencia en verano y espaciadamente en invierno; si es por inmersión en un cubo con 3-4 dedos de agua libre de cal, mucho mejor. Acusa la falta de agua con el resecamiento de las hojas y la caída de los frutos, pero tampoco tolera el exceso. Agradece las aportaciones periódicas de abono orgánico líquido diluido en el agua de riego. Cada dos años aproximadamente se debe trasplantar a un tiesto un poco mayor con un sustrato humífero, levemente ácido y bien drenado. Puede afectarla la cochinilla algodonosa.

Usos

En la decoración navideña. El resto del año, sacando partido de su colorido en solitario, en dúos o junto a otras plantas de interior. En el jardín, únicamente en las zonas de inviernos muy suaves (frío máximo 10º) y sin exponerla al sol.

Foto: Floramedia