Descripción
La higuera es uno de los árboles más emblemáticos de la cuenca Mediterránea (su nombre específico deriva de Caria, una antigua región de Asia Menor, sobre el Egeo). A sus cualidades ornamentales suma su producción de frutos tan dulces como deliciosos, y tan variados en el color de la piel —verdosos, rojizos, azulados, a rayas— y la pulpa como los cientos de cultivares que existen. Es un árbol que se puede cultivar prácticamente en toda España, y se caracteriza por una alta resistencia a la sequía y el calor. Está habituado a un frío de hasta -7º, pero es capaz de resistir temperaturas más bajas. Su ritmo de crecimiento es medio; más lento si el terreno es seco.
Tronco, copa y hojas
Empieza siendo un árbol erecto, pero luego la copa se ensancha. Suele alcanzar entre tres y nueve metros de altura. La corteza es lisa y grisácea. Las hojas son grandes, con tres o cinco lóbulos profundos, y de tacto áspero. Producen una densa sombra, aunque poco confortable ya que exudan una sustancia que pica. Son caducas.
Flores y frutos
Los higos son siconos, un tipo singular de fruto —infrutescencia en realidad—, que consiste en un receptáculo globoso o en forma de pera, carnoso y hueco, en cuyas paredes interiores se hallan las flores seguidas de la pulpa con las diminutas semillas. Las higueras que se cultivan habitualmente en España pueden producir dos cosechas al año sin necesidad de polinización: en junio-julio las brevas, más grandes que los higos, y entre agosto y octubre, los higos; algunas solo producen higos. Entre las variedades de frutos más exquisitos destacan ‘Cuello de Dama Blanco’ o ‘Gota de miel’, ‘Cuello de Dama Negro’, ‘Calabacita’, ‘Verdal’, ‘San Antonio’...
Cultivo y cuidados
Si bien es capaz de vivir en cualquier terreno, incluso en una grieta entre las piedras, su suelo ideal es fértil, fresco, profundo, ligero y bien drenado. Una temperatura de 27-30º en verano favorece la fructificación; sufre con las heladas, sobre todo las de primavera. En los primeros años necesita riego regular; luego debe recibir agua con moderación, ya que el exceso le resulta perjudicial. Dadas sus poderosas raíces conviene plantarla alejada de las construcciones. Admite bien la poda. No precisa ser abonada y no suele sufrir problemas graves de plagas o enfermedades. La leche de higuera, su látex, irrita la piel.
Usos
En el huerto o jardín, dejándole espacio suficiente para que desarrolle su copa; también en espaldera contra un muro o exenta. Admite perfectamente el cultivo en contenedor.
Actualizado el 2/8/2020.
Foto: iStockphoto / Malesnikov Uppsala