Descripción
Originario de la cuenca mediterránea, el mirto (de los griegos) o arrayán (de los árabes) es un arbusto leñoso de hojas y flores perfumadas, ideal para la jardinería sostenible. Crece lentamente y suele alcanzar entre 60 centímetros y 2 metros de altura. Sus hojas, flores y frutos se han utilizado desde tiempos remotos en medicina natural, perfumería y culinaria.
Hojas
El follaje es perenne, verde claro u oscuro; está formado por pequeñas hojas ovales acabadas en punta, coriáceas y, por lo tanto, brillantes. El mirto puede adoptar un porte de mata compacta o más abierta. La subespecie Tarentina es más densa, con hojas muy pequeñas, estrechas, de tono verde oscuro.
Flores y frutos
De mayo a agosto se llena de florecillas blancas simples de cinco pétalos y abundantes estambres, muy fragantes y melíferas. Surgen en las axilas de las hojas. Existe una variedad que da flores dobles, la ‘Flore pleno’. En otoño dan paso a bayas comestibles de color negro azulado cuando están maduras.
Cultivo
Se planta en primavera. Acepta cualquier tipo de suelo, incluso calcáreo, más bien seco o, en todo caso, bien drenado. No tolera el exceso de agua, en cambio soporta la sequedad ambiental y el aire salino del mar. Puede situarse a pleno sol o en semisombra. Resiste hasta -10 grados. El mirto se puede cutivar en maceta, pero en ese caso no se puede descuidar el riego.
Cuidados
Es de fácil mantenimiento. No precisa poda, pero si se le quiere dar forma, debe hacerse en primavera.
De interés
Es muy apropiado para xerojardinería. Se usa para formar setos y borduras, aislado, o combinado con otras plantas de follaje persistente.