Descripción
Su sola presencia evoca la umbría de los aljibes y grutas, en cuyas paredes húmedas suele crecer espontáneamente, o el rumor de agua de los manantiales y cascadas, cuyas orillas empapadas le aseguran su hábitat ideal. El pequeño culantrillo, nombre común de varias especies de helechos del género Adiantum, ofrece un aspecto tierno y delicado y, sin embargo, es un gran resistente gracias a su poderoso rizoma, capaz de rebrotar una y otra vez cuando las condiciones vuelven a ser propicias. Algunas especies, como el llamado culantrillo de pozo (Adiantum capillus-veneris), son capaces de soportar hasta -12º (USDA 8); la mayoría resiste hasta -1º (USDA 10).
Follaje
Los cuantrillos son matas pequeñas, de unos 15 a 40 centímetros de altura, formadas por una multitud de frondes (las hojas de los helechos) con largos y finos pecíolos negros que se ramifican hasta alcanzar el espesor de un pelo; los delgados foliolos o pinnas tienen forma deltoidea. En el Adiantum raddianum y Adiantum cuneatum ‘Fragantissimo’ (foto) son de color verde tierno, más oscuro en el Adiantum capillus-veneris; en el Adiantum venustum lucen un tono azulado en el envés y un follaje nuevo rosado. Los soros —grupos de esporangios donde se forman las esporas que permiten a estas plantas reproducirse— se aprecian en el envés de los foliolos.
Cultivo
Los culantrillos tienen dos exigencias principales: un sustrato rico y siempre húmedo (aspecto vital sobre todo en verano), lo cual no quiere decir encharcado; y una temperatura constante, en torno a los 20-24º, sin grandes oscilaciones entre el día y la noche (no menos de 16º), y al abrigo de las corrientes de aire. Deben situarse en un lugar luminoso pero fuera del alcance de los rayos del sol. Se plantan en primavera u otoño, y se trasplantan en primavera, momento que se puede aprovechar para multiplicar los ejemplares dividiendo las matas.
Cuidados
Necesitan una atmósfera húmeda, lo que habrá que procurarles mediante pulverizaciones; en invierno es suficiente con mantenerlos alejados de la calefacción. Conviene regarlos por capilaridad, es decir, sumergiendo el tiesto en un cubo con agua, preferiblemente tibia. Desde finales de febrero a finales de agosto agradecerán la aportación de abono para plantas verdes en el agua de riego cada 15 días. Suele atacarlos la cochinilla.
Foto: María Losseau
Información relacionada:
• Helechos: todo un mundo para descubrir, Verde es Vida nº52, página 6 (ver en la web).